Ya no inventen, por favor

Faltan cosas que ver en el caso de las luminarias: las bases de la licitación, los contratos firmados y demás información que debe estar a disposición de cualquier ciudadano.

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Dicen que los políticos no cometen muchos errores, que sólo hacen uno y que los demás sólo son secuelas del mismo y tal parece que el alcalde Renán Barrera, por no escuchar consejos, ya lo perpetró, y lo hizo en uno de sus programas“bandera”que están orientados por la obsesión electorera de desacreditar a la administración municipal anterior, del PRI.

Porque independientemente de que no se puede pasar todo un gobierno sin más programa que el de subsanar las reales o supuestas deficiencias de gobiernos anteriores, lo cierto es que al que acusa de corrupción lo mínimo que se le puede exigir es una actuación con estricto apego a la ley.

Y en el caso de la adquisición de luminarias el Ayuntamiento actuó de manera no sólo desaseada, sino ilegal.
Con las exigencias  de transparencia y rendición de cuentas las cosas han cambiado; ya no basta que un grupo de “notables” se ponga de acuerdo para obtener el beneplácito de la sociedad, puesto que cualquier ciudadano tiene el derecho de pedirle cuentas a la autoridad y de acceder a la información correspondiente. De confrontar la documentación con la realidad.

Por ello no resulta extraño que un grupo de ciudadanos, de empresarios en concreto, se hayan acercado a los representantes priistas para denunciar que el costo de las lámparas que adquirió el Ayuntamiento supera en un 100%  el precio de las que ellos venden al menudeo.

Y que tirando la punta de esta madeja se haya puesto al descubierto la perniciosa actuación de la autoridad municipal, desacreditando todos y cada uno de los argumentos que usó para justificar su proceder. Desde el origen chino de ambas lámparas, hasta su fobia a la licitación que marca la Ley, develando en principio su incapacidad administrativa.

Porque solamente hacía 2 meses que en licitación pública habían adquirido 600  lámpara a la mitad del precio de las 72 mil que adquirieron mediante un “innovador” proceso en el que no dudaron en burlarse de la cúpula de las organizaciones empresariales que conformaron un a legal “consejo ciudadano”, uno de cuyos miembros resultó altamente beneficiado.

Si ese es el precio que tenemos que pagar por sus innovaciones, por favor que ya no inventen.  

Y por supuesto pueden surgir las explicaciones inverosímiles y disparatadas para que cuadren los números, desde la falsedad de que las que compraron primero no tienen focos, hasta el ingenuo, por decir lo menos, costo del financiamiento, a 6 ó a 24 meses, según quien declare. Pero faltan cosas que ver: las bases de la licitación, los contratos firmados y demás información que debe estar a disposición de cualquier ciudadano.

Una certeza tiene la ciudadanía: el Ayuntamiento ha violado la Ley al no someter a licitación la adquisición de lámparas.Y una duda: ¿qué costo de financiamiento está pagando Renán?

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