¡Yo quiero mi foto con Fidel!
Se oculta la realidad de un lugar en donde los disidentes son perseguidos, los turistas vigilados, la comida escasa y los coches usados cuestan 50 mil dólares.
Se ha vuelto un ritual extraño, algo triste, esto que hacen líderes, artistas, escritores, celebridades de todo el mundo de ir a La Habana, pasear un rato, decir un par de cosas bonitas de la revolución, mover un par de influencias y, si tienen suerte, en algún momento, pasarán a su hotel para llevarlos a ver a Fidel Castro, quien invariablemente estará vestido de pants, les sonreirá y escuchará por algunos minutos, les dirá dos frases seguramente deslumbrantes, se tomarán la foto de rigor y partirán hablando maravillas del comandante en jefe.
Líder moral, le llamarán. En sus casas, para siempre, con un marco impecable, guardarán el retrato.
La nueva atracción oculta, por supuesto, la realidad de un lugar en donde los disidentes son perseguidos, los turistas vigilados, la comida escasa y los coches usados cuestan 50 mil dólares. Oculta también que, como ha explicado Yoani Sánchez en su blog, en estos días de visita a los disidentes se les descomponen los celulares y la vigilancia arrecia en las calles.
Las Damas de blanco, también ignoradas por los ansiosos de foto con Fidel, enviaron el siguiente mensaje
“…Ustedes visitarán Cuba con motivo de la Cumbre de la Celac que se celebrará en La Habana entre el 28 y 30 de enero, como representantes de gobiernos que han sido escogidos democráticamente, todo lo contrario de lo que aquí sucede; es decir: ustedes son representantes legítimos de sus pueblos, el gobierno cubano no”.
Después de contar la historia del movimiento, explicaban: “Por ello sufrimos a diario la represión de las fuerzas de seguridad del Estado; por nuestro deseo de vivir en un país libre y democrático que disfrute de la misma convivencia pacífica y plural que es posible en sus países. Igual represión que la nuestra padecen todos los movimientos de oposición y activistas pacíficos. Este año que acaba de terminar, se pudieron documentar en Cuba más de 19 mil detenciones arbitrarias…”.
Ninguno de los visitantes a la cumbre de la Celac se acercó siquiera a las Damas de blanco.
Nadie arriesgó la foto con el señor de los pants.
Así las cosas en nuestro continente en 2014.