Yucatán, su desarrollo y vocaciones (2)
A más de un lustro de la designación de Chichén Itzá como una de las maravillas del mundo, poco o nada hemos hecho para aprovechar este valioso recurso.
Siguiendo con el tema de las vocaciones y oportunidades de desarrollo de nuestro estado, Yucatán es una región en la que los recursos y las riquezas existentes determinan su enorme potencial como destino turístico, con posibilidades de atraer visitantes de todo el planeta. Más allá de los incomparables vestigios de la civilización maya, están los pueblos mágicos, las ciudades coloniales, las haciendas, las riquezas naturales (esteros, cenotes, playas, áreas protegidas, reservas ecológicas) y, sobre todo, nuestra valiosísima herencia cultural, la cultura maya viva, con su arte, su cocina, sus costumbres.
Pero todo esto de poco sirve si no tenemos un programa integrador que permita ofertar y servir, y, sobre todo, dejar satisfecho al visitante, para que se convierta en nuestro mejor promotor. No bastan hoteles o carreteras, restaurantes o folletos, guías de turistas o espectáculos; se necesita todo esto y más, todo integrado y soportado por una masa crítica de personas capacitadas y bien remuneradas. A más de un lustro de la designación de Chichén Itzá como una de las maravillas del mundo, poco o nada hemos hecho para aprovechar, en beneficio de nuestra gente, este valioso recurso, inteligentemente insertado en la oferta turística de Cancún.
Y todo esto ha ocurrido, no sólo en turismo, sino en el campo de todas nuestras vocaciones, por la falta de una planificación del desarrollo del estado enmarcada en la integralidad; no nos preocupábamos por definir metas, a mediano y largo plazos, estableciendo acuerdos, sociedad y gobierno, para trabajar de una manera integrada, vigilando los logros y avances, elevando progresiva y permanentemente la calidad de vida de todos los yucatecos.
Estamos a tiempo de dar un golpe de timón y trabajar en el marco de una verdadera planificación del desarrollo de Yucatán, sin olvidar que ésta es una metodología que permite seleccionar alternativas a partir del análisis de la prioridad, factibilidad y compatibilidad de los objetivos que se persiguen, que permite seleccionar los instrumentos más eficientes para alcanzar estos objetivos, verificando el grado de cumplimiento de lo propuesto, e identificando y superando los obstáculos a su consecución.