Zona en litigio: lágrimas de cocodrilo
La negligencia, el abandono, la omisión y un falso “quintanarroísmo” nos han hecho perder de facto la zona en litigio con Campeche.
La negligencia, el abandono, la omisión y un falso “quintanarroísmo” nos han hecho perder de facto la zona en litigio con Campeche.
Pocos han sido en verdad los esfuerzos que hemos hecho los quintanarroenses por recuperar una extensión de 50 mil 843 kilómetros cuadrados, donde están asentadas 191 comunidades que histórica y jurídicamente pertenecen al Estado de Quintana Roo, luego de que, por un descuido nuestro, en 1997 el Congreso del Estado de Campeche decretó la creación del municipio de Calakmul.
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), de plano a partir de entonces, dirimió el asunto estableciendo, ya no la región como zona en conflicto legal, sino cartográficamente como territorio campechano.
El IFE, por su parte, ha establecido distritos electorales que votan en Campeche, pero en territorio quintanarroense, lo que otorga de facto la potestad de esa entidad sobre nuestro territorio.
Ahora el reciente fallo que el Tribunal Federal Electoral (Trife) ha emitido revocando la redistritación que el año pasado realizó el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) consolida aún más la propiedad del vecino estado sobre una zona que es nuestra.
Diversas autoridades campechanas han fijado postura sobre este fallo: la presidenta del Tribunal Superior de Justicia del estado, Margarita Alfaro Waring, comentó que la sentencia “es un referente importante; en su momento podrá perfilar alguna situación que sea positiva para Campeche. Es una excelente decisión, un excelente fallo y habrá que estar muy atentos; siempre he tenido confianza en que la razón será la que prevalezca, porque la razón histórica y jurídica la tenemos nosotros”. (Fuente: Proceso).
Por su parte, el gobernador campechano, Fernando Ortega Bernés, ha dicho: “Es una noticia buena, una noticia buena que tiene que ver con los planteamientos históricos del estado en relación a la potestad de su soberanía territorial, y creo que la decisión del Trife es una decisión estrictamente apegada a derecho que genera una respuesta muy clara sobre la que no tengo más que agregar” (misma fuente).
Cabe recordar que El Consejo General del Instituto Electoral de Quintana Roo aprobó el pasado 24 de julio la redistritación de los 15 distritos electorales uninominales, dado el crecimiento poblacional mayormente cargado hacia el norte de la entidad, por lo que los criterios de la distritación de 1997 habían prácticamente caducado y, tras un estudio, el Instituto estableció que el municipio de Benito Juárez tendría ocho distritos y no cuatro, como antes, aunque dos de ellos los compartiría con Isla Mujeres y Lázaro Cárdenas.
Los distritos I y III se compartirían entre el recién creado municipio de Bacalar y Othón P. Blanco, y éste último ayuntamiento contaría en su territorio con el Distrito II por completo. El IV lo compartirían los ayuntamientos de Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos; el V, Tulum y secciones de Solidaridad; el VI sería únicamente Cozumel y el VII una parte de Solidaridad.
Mientras que en Cancún, municipio de Benito Juárez, estarían los distritos electorales VIII, IX, X, XI; XII y XIII, pero también compartirá el XIV con Isla Mujeres y el XV con Lázaro Cárdenas, como dijimos antes.
Esto fue rechazado por el Trife, argumentando que en esa redistritación se contemplaron distritos de Campeche del municipio de Hopelchén, es decir, de nuestra área correspondiente al municipio de Bacalar.
Aunque sabemos que la decisión de la Corte es inapelable, ¿alguna autoridad nuestra ha protestado el fallo desde el punto de vista político, o al menos ha cuestionado la postura triunfalista de las autoridades campechanas?
¿O acaso debemos esperar al proceso electoral –que empieza en marzo– para que los políticos querendones se apersonen con Luis Ramón Villanueva “Pelusa” para lagrimar por nuestra soberanía? Veremos.