Subir fotografías de los pequeños de tu familia en redes sociales puede parecer inofensivo, pero los riesgos asociados han aumentado significativamente con el avance de la Inteligencia Artificial (IA). 

Lo que antes era solo una fotografía familiar o un recuerdo escolar ahora podría convertirse en material vulnerable para fines delictivos, como la pornografía infantil.

(Foto: Canva)

Angie Contreras, especialista en derechos digitales y colaboradora de la Asociación Civil Cultivando Género, advierte sobre el peligro de difundir imágenes de menores en plataformas públicas. 

Al mostrar rostros y detalles como el uniforme escolar, los usuarios exponen información que permite identificar la institución educativa, según señala la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

A eso se le suma que con el uso de la IA se facilita la manipulación de las imágenes para crear contenido sexual, desde imágenes hasta videos. A este proceso se le conoce como deepfake.

“Sigue siendo un tema lucrativo que nos toca a todas las personas frenarlo”, dijo Contreras.

La búsqueda por crear ese tipo de contenidos ha existido siempre con diferentes herramientas tecnológicas como Photoshop, por ejemplo, pero al facilitar y mejorar la calidad del material manipulado se hace más fácil.

(Foto: Canva)

EL PELIGRO DEL GROOMING

A través del grooming, donde un adulto se hace pasar por un menor de edad en redes o videojuegos en línea para ganar su confianza, podrían conseguirse también imágenes de los infantes.

Si bien hay quienes a través de ganarse la confianza de los menores les piden una foto íntima, otros pueden solicitar imágenes cotidianas de las víctimas, en la escuela o en otros espacios para luego manipularlas con fines sexuales, explicó Contreras. 

Después puede venir la extorsión, amenazas con mostrarlas a sus papás o difundirlas a cambio de imágenes íntimas reales o pedir datos bancarios de los papás, por ejemplo.

AUTORIDADES NO ESTÁN PREPARADAS 

Actualmente, ni las Policías Cibernéticas ni las autoridades en las Fiscalías están preparadas para atender estos casos, los desestiman por desconocimiento, refirió la especialista. 

(Foto: Canva)

Cuando las personas acuden a denunciar, las desalientan porque señalan no pueden hacerlo, no obstante, que existe en la ley la prohibición de manipular imágenes con fines sexuales y entra dentro del delito de pornografía infantil, indicó.

CUBRE SUS IDENTIDADES

Recomendó ser conscientes de que aunque las redes den la sensación de privacidad, son públicas y dejan una huella digital de los menores a quienes no se les pregunta si quieren o no ser publicados.

Eso puede ser usado más adelante para buscar dañar su reputación o autoestima, a través de exhibir material de cuando eran más pequeños y los disfrazaron, por ejemplo.

Contreras sugirió no subir imágenes de menores y si se va a hacer tapar su rostro, el logo de la escuela y aquellos elementos que puedan dar pistas de su identidad.

(Foto: Canva)

Hacerles saber a los niños que nadie tiene derecho a tomarles fotografías sin su consentimiento.

En caso de que el menor esté siendo extorsionado por fotos que envió escucharlo y platicar con él para reducir los riesgos.

Identificar si su contenido está en alguna plataforma y solicitar de forma inmediata a la misma que se dé de baja para evitar la viralización, todas tienen área de denuncia.

Con información de Reforma