The Wall Street Journal destacó que Tesla experimentó un fenómeno peculiar en 2024: vendió menos coches que el año anterior, pero su valoración aumentó un 53 por ciento, evidenciando que el valor de la empresa ya no depende únicamente de sus ventas de vehículos.

El año comenzó con dificultades para Tesla, ya que las cifras del cuarto trimestre de 2023 fueron decepcionantes. La compañía informó de 495 mil 570 entregas, un 3% por debajo de las 512 mil 300 proyectadas por analistas, según Visible Alpha. 

Esto llevó las entregas anuales a 1.79 millones, una ligera disminución frente a los 1.81 millones de 2023. Fue la primera caída anual en la historia de la empresa, en un contexto de contracción general en las ventas de vehículos eléctricos.

A pesar de estos datos, Tesla alcanzó un valor de mercado de 1.2 billones de dólares, superando la capitalización combinada de los 20 mayores fabricantes de automóviles. Sus acciones crecieron un 63% en 2024, incluso cuando su principal fuente de ingresos, el negocio automotriz, enfrentaba el peor desempeño registrado.

La inteligencia artificial, clave en la narrativa

Gran parte del atractivo de Tesla se centra en su desarrollo en inteligencia artificial (IA). Bajo el liderazgo de Elon Musk, la empresa impulsa tecnologías avanzadas como la conducción autónoma y la robótica. 

Estas iniciativas, combinadas con la habilidad de Musk para influir en la opinión pública a través de su plataforma, ahora llamada X, contribuyeron al repunte de las acciones. Cabe destacar que la mayor parte del aumento en el valor ocurrió después de las elecciones del 5 de noviembre, cuando Musk mostró apoyo explícito a Donald Trump.

Un futuro bajo escrutinio

Tesla sigue exigiendo una prima considerable en el mercado. Sus acciones se cotizan a 117 veces las ganancias proyectadas, un múltiplo tres veces mayor que el de Nvidia, el referente en IA. 

Sin embargo, Wall Street mantiene ciertas reservas: más de la mitad de los analistas califican las acciones como ‘venta’ o ‘retención’, según FactSet.

El desafío principal para Tesla será justificar estas expectativas. Para 2025, los inversores esperan avances significativos en tecnología de conducción autónoma y el inicio de un negocio rentable de robotaxis.

En un reciente informe, William Stein, analista de Truist, elogió los progresos del software de conducción autónoma de Tesla, calificándolo como ‘más impresionante’ que versiones previas. No obstante, también reconoció que las ‘imperfecciones evidentes’ aún limitan su recomendación para un uso generalizado.

Así, Tesla se encuentra en un punto crucial: su capacidad para cumplir con sus ambiciosas promesas será clave para mantener la confianza del mercado.

Con información de Reforma