Capacitan a adolescentes embarazadas para trabajar
El programa del Instituto Quintanarroense de la Mujer ofrece un nuevo futuro.
Redacción/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Rosario "N", de 17 años, y Alejandra "N", de 19, son dos jovencitas que a pesar de haber sufrido el rechazo de sus padres y el abandono de sus parejas luego de enterarse que estaban embarazadas, tuvieron la oportunidad de capacitarse para poder emplearse.
Rosario sólo cuenta con estudios de secundaria, pues creyó en las promesas de amor del vecino de sus padres que vive en Tizimín, Yucatán, sin imaginar que en cinco meses de esa relación, su vida cambiaría al darse cuenta que estaba embarazada y que no contaría con el apoyo de su novio.
Se refugia en Cancún
Ella ayudaba en el local que sus padres tienen en el mercado de esa ciudad, y cuando les dio la noticia de su embarazo, la corrieron de la casa. Presa del miedo, buscó a una amiga que trabaja en Cancún, la cual le dio hospedaje.
Por su estado, fue imposible encontrar un trabajo de inmediato, sin embargo, su amiga le comentó acerca de una brigada que hacían en la colonia para dar consultas, asesorías y capacitación, y fue atendida en todo su proceso de embarazo, y al mismo tiempo aprendió a hacer ropa. Pasado el tiempo, volvió a buscar trabajo, pero no ha tenido suerte ya que no cuenta con los estudios que requieren.
Ocultó su embarazo por seis meses
Alejandra es otra joven que se vio envuelta en una situación similar. Cursaba el último semestre de la preparatoria cuando quedó embarazada, estado que ocultó durante seis meses por temor a la reacción de sus padres.
Sin embargo, su madre se dio cuenta de su condición y la corrió de la casa; del padre de su hija sólo sabe que trabaja como chofer en una de las empresas de transporte urbano.
Para ayudarse, trabajó lavando trastes en una cafetería pequeña, luego en una copiadora y después hacía limpieza en una casa, en este último la despidieron cuando se dieron cuenta de su embarazo.
Sentada en un parque de su colonia, vio carteles con la información sobre las brigadas que el Instituto Quintanarroense de la Mujer (IQM) llevaba y se inscribió en un curso de corte. Ahora, Alejandra "N" labora en una empresa pequeña de uniformes escolares.