Margarita Vallejos in memoriam
Entusiasta militante panista de voz fuerte pero con mayor fortaleza en sus convicciones y espíritu de lucha.
Es normal que al recordar las batallas que –en ambiente totalitario- dieron diversas formaciones políticas y sociales para lograr la democracia y la libertad en México a la memoria colectiva vengan los nombres de sus más destacados y publicitados líderes.
Generalmente no conocemos –son tantos– los nombres de cientos de ciudadanos que en el anonimato, con heroísmo y generosidad, lucharon por esos valores.
Bien decían los fundadores del PAN que “si falta un responsable haya muchos otros para sustituirle”, refiriéndose a que nunca deberían faltar ciudadanos dispuestos a luchar por los mejores valores para la vida pública. A estos últimos perteneció la Sra. Margarita Vallejos Fernández, recientemente fallecida.
Vecina del rumbo del ex rastro fue –a finales de los 60– de las primeras mujeres valientes y generosas en ser candidatas y dirigentes panistas. Tiempos aciagos aquellos de nulo respeto al voto y en los que participar en la oposición era temerario.
De antología sus anécdotas como representante de casilla del PAN enfrentando a conocida banda de delincuentes -identificada con el partido oficial- que operaba en su rumbo. Entusiasta militante panista de voz fuerte pero con mayor fortaleza en sus convicciones y espíritu de lucha. Siempre presente en la línea de combate.
Al llegar los triunfos nunca exigió puesto ni “hueso”. Aún mermada su fortaleza física –bastón en mano- siguió cumpliendo sus deberes cívicos y partidistas de manera ejemplar. Distinguida dama que puede decir hoy al Creador que ha cumplido su deber y –con el poeta Pemán- que “todo lo dejó en la arada en tiempos de sementera”.
Estas líneas no pretenden ser sólo recuerdo de lo que fue, sino acicate de lo que debe y merece ser el futuro del deber político. Actos como los de Doña Margarita se necesitan para acabar con tanto desprestigio en que ha caído la política.