Stephani Blanco/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Invertir en un negocio ya aprobado (una franquicia) es una manera de emprender a la segura, que incluso, tiene un proceso de vida mayor a una empresa que arranca.
Ésta da la garantía de que será un negocio rentable, pues está aprobado, ya que pasó el proceso de revisión, prueba-error y cuenta con sucursales e ingresos probados.
“Hace tres años se dio el ‘boom’ de las franquicias fuera del la zona metropolitana y muchas fracasaron"
“Cuando se tiene el capital para invertir y no hay una idea innovadora, este sistema es uno de los más redituables, aunque siempre es importante conocer qué tipo es la más importante para el destino o la entidad”, detalló Gerardo Téllez Trejo, director general de Asesores en Productividad y Desarrollo Humano, (Aprodesah).
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“Hace tres años se dio el ‘boom’ de las franquicias fuera del la zona metropolitana y muchas fracasaron, ya que no estaban probadas para el tipo de mercado, algo que ya fue solucionado”, dijo.
Para que un negocio pase a ser una franquicia, ésta se debe autorizar por la Secretaría de Economía, y para ello, cumplir con mínimo cinco años, tres sucursales operando, y con números positivos.
La ventaja de emprender así es que ya está todo hecho para comenzar a operarla, tal cual fue establecida.
Se pagan los insumos, cobran sobre las utilidades y otras por la operación.