Ana María fue la primera en recibir la vacuna COVID de Sinovac en el módulo instalado en el domo del gimnasio Jacinto Canek en Cancún.

Al salir del área de vigilancia mostró una gran alegría al saber que está un poco más protegida contra el SARS-CoV-2, virus que en junio del año pasado causó grandes estragos a su cuerpo.

La mujer de 63 años recordó que se contagió del virus en marzo de 2020, cuando comenzaron los primeros casos de la enfermedad en Quintana Roo, la cual no pudo superar al 100% hasta junio: tres meses después.

Pese a que pudo superar la batalla sin tener que pisar el hospital, la enfermedad le hizo perder  casi 20 kilos y la posibilidad de moverse por sí misma.

“Gracias a Dios estoy viva, y esto nos viene a dar un poquito de seguridad, porque ese virus es bastante fuerte”,

aseguró la sobreviviente, quien acudió al domo del gimnasio Jacinto Canek para la aplicación de la dosis de Coronavac, biológico fabricado por la farmacéutica china Sinovac. 

Aunque salió del área de vigilancia sintiéndose alegre, señaló que le preocupa que la sociedad en general continúe sin adoptar las medidas preventivas para evitar contagios.

“Tenemos que ser conscientes de que nos tenemos que cuidar y a los demás, y también cambiar como cultura, porque necesitamos entender que ya estamos viviendo otros tiempos y son cada vez más difíciles”, dijo.

 

Ana María acudió a esta importante cita en compañía de su esposo Antonio, de 67 años de edad, quien evadió el virus pese a pasar con ella la enfermedad en el mismo domicilio, por lo que ahora se siente más protegida de evitar un nuevo contagio.

“Estuvimos conviviendo juntos, durmiendo en la misma cama y comiendo los dos, pero hay que cuidarse y no bajar la guardia”,

aseguró la mujer, quien llegó a las 5:30 de la mañana.

Tras aguardar 30 minutos en la sala de espera, Ana María y Antonio se retiraron caminando del deportivo a su domicilio en la Supermanzana 3 de Cancún.

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