Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR.- Una porción del Cenote Azul que se ubica sobre la avenida Costera será delimitada por los ejidatarios para evitar que sea ocupado, puesto que forma parte de los nueve polígonos en disputa con el Instituto del Patrimonio Inmobiliario de la Administración Pública del Estado de Quintana Roo (IPAE).

Filiberto Buitrón Hernández, presidente del comisariado ejidal, indicó que al parecer personas ajenas se han querido apropiar de esa franja de terreno y no descartó que se encuentre lotificado de manera irregular, porque de paulatina mente lo han venido invadiendo, a pesar que se encuentra dentro de las 345 hectáreas en disputa con el IPAE.

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Se refirió a una extensión de aproximadamente 400 metros que se ubica sobre la avenida Costera, dentro del “cinturón” de 345 hectáreas que tratan de recuperar de manos del IPAE. Dijo que lo delimitarán con alambre y postes.

Precisó que esa franja comprende desde el entronque hacia la comunidad de Reforma hasta la colindancia con el ejido Juan Sarabia, que al mismo tiempo es el límite con el municipio de Othón P. Blanco, poco después del complejo hotelero “Club las Velas”.

Dentro de esa zona se encuentra la parte posterior al restaurante del mismo nombre y que desde hace algunos meses personas ajenas han comenzado a abarcar algunas áreas, a decir de algunos claros que se pueden observar en la zona de vegetación.

El representante de comuneros indicó que constantemente realizan trabajos de vigilancia en la zona para garantizar que se cumpla la disposición del Tribunal Agrario, en el sentido de que esa franja de tierra se debe conservar en las mismas condiciones.

Aunque dijo que personas ajenas al ejido han estado realizando edificaciones en porciones de terreno, que consideró fueron adjudicados mediante artimañas por el IPAE a particulares, los cuales se habrán de revertir una vez que se emita una sentencia.

Javier Romero Soto, gerente del restaurante “Cenote Azul”, señaló que en al menos cuatro puntos la vegetación fue retirada y en su lugar los particulares que viven en la parte de enfrente construyeron estacionamiento para sus vehículos, para lo cual arrojaron cemento. En uno de esos lugares construyeron una improvisada perrera debajo de los árboles.