Continúa la venta de pirotecnia sin vigilancia en la población rural
Las personas saben de antemano los riesgos y las sanciones que conlleva su venta de forma ilegal.
Aunque la pena que pueden alcanzar las personas que almacenen explosivos sin permiso es de dos a 10 años de prisión y multa de 20 a 500 salarios mínimos, en la zona rural se almacena y comercializa sin vigilancia alguna durante la temporada decembrina, dijo Cristian Humberto Flores, abogado litigante de la ribera del río Hondo.
Esta sanción dijo es correspondiente de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), tal como lo marca el artículo 13 de la Ley Federal de Armas y Explosivos, y quienes venden y acumulan estos artículos saben de antemano los riesgos y las sanciones que conlleva su venta de forma ilegal.
Incluso, lamentó que utilizan niños para ofrecer estos productos tan peligrosos en las avenidas y en los cruceros de la vía pública, ya que la venta de estos “fuegos artificiales” es bastante redituable tanto para estos vendedores como para las autoridades municipales, quienes ignoran esta actividad.
Dijo que anteriormente las autoridades municipales se encargaban de otorgar los permisos y realizar los decomisos de estos explosivos, pero se volvieron parte de un negocio al permitir que se vendan de forma incontrolable, principalmente en la zona rural.
El también campesino de la caña, reconoció que es necesario gobiernos responsables y que verdaderamente sean servidores públicos. Indicó que para que esos juegos artificiales lleguen a las casas, se necesita tener el respaldo de alguna autoridad.
René Misael Millán, representante de la Sociedad Organizada de Socorristas (SOS), en la ribera del río Hondo, dijo que en la zona es común ver en las tienditas, bolsas amontonadas de estos productos a base de pólvora, ya que, desde el inicio de la temporada decembrina, compran para surtir la demanda que esta fecha genera.
Aseguró que cada año, la zona rural se llena de estos explosivos, e inclusive se comercializan en la vía pública, al no haber una regulación o vigilancia por parte de las autoridades, aunque esto sea un delito federal.
El socorrista dijo que en esta temporada tan solo en la zona cañera, se atienden al menos 20 auxilios de personas con quemaduras por pirotecnia, y es cuestión de tiempo para que se presente algún accidente con pérdidas que lamentar.
Finalmente realizó un llamado a las autoridades, para que tomen cartas en el asunto, ya que no hay regulación de la venta de estos productos y casi todas las tiendas de la zona rural le entran al negocio de vender estos artefactos, pese al riesgo de tenerlos almacenados.
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