En peligro de extinción la "maya pax"
En 2009, existían 28 grupos que tocaban está música, actualmente ha desaparecido el 60% de ellos.
Manuel Salazar/SIPSE
FELIPE CARRILLO PUERTO, Q. Roo.- Considerada como una de las manifestaciones más emblemáticas de homenaje a las deidades, y al mismo tiempo a la guerra, la Maya pax o música de los dioses para los indígenas de la zona rural del Estado, no ha sido ajena a las embestidas de otras culturas que avasallan y distorsionan la visión e identidad de los oriundos de estas tierras.
La historia del surgimiento
La música de las comunidades de Quintana Roo, surgió a mediados del siglo XIX en el período histórico de la rebelión nativa registrada como la “Guerra de Castas” (1847-1901), y según Víctor Manuel Sánchez Álvarez, delegado de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), en el Estado esta expresión surgida hace más de siglo y medio al calor de las batallas, y frente a la necesidad de los indígenas de depositar su fe y su destino en algo tangible o audible, es la única que identifica plenamente a ésta región de la Península.
“La Maya Pax es única; no existen registros de este tipo de melodía ni en Yucatán, Campeche, Chiapas o Guatemala, por lo que es una manifestación genuina que se debe preservar y buscar mecanismos para enriquecerla y divulgarla”, expresó el funcionario, durante la entrega de recursos para que un grupo de intérpretes dedique sus esfuerzos a la promoción de esa herencia cultural.
Se escucha menos "maya pax"
Sin embargo, en base a datos proporcionados por la propia CDI a través de su Centro Coordinador Indigenista en Felipe Carrillo Puerto, se asienta que hasta hace cinco años existía un padrón de cuando menos 28 grupos de música maya o Maya pax, ubicados en diferentes comunidades, que se encargaban de crear un ambiente propicio para las celebraciones y ritos indígenas durante las fiestas patronales. No obstante, a principios de este año se actualizó la estadística y de aquella lista, solamente sobrevive el 40% de los grupos formados para difundir por iniciativa propia esa expresión, lo cual indica que solamente once agrupaciones sobrevivieron.