Carlos Castillo/Sipse
CHETUMAL, Q. Roo.- Al menos cinco comunidades de la ribera del río Hondo, son focos rojos de criaderos de moscos por tener tiraderos de llantas usadas al aire libre y hasta el momento ninguna autoridad ha ordenado retirarlas.

José Ek Suárez, habitante y luchador social de la zona, dijo que los tiraderos por las comunidades de Javier Rojo Gómez, Carlos A. Madrazo, Ucúm, Álvaro Obregón y Sabidos, por mencionar tan sólo algunos lugares, es donde se aprecian los potenciales criaderos de moscos transmisores de dengue, zika y chikungunya.

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“Irresponsables personas se dan a la tarea de ir acumulando los neumáticos inservibles que terminan en terrenos baldíos o basureros a cielo abierto que además le dan una pésima imagen a la zona”, dijo.

Agregó que los tiraderos de llantas han rebasado el límite de lo lejano, los ciudadanos tiran sin pudor ni cargo de conciencia estos residuos altamente contaminantes en lugares cada vez más poblados, aumentando el riesgo para los ciudadanos.

“Las autoridades tienen una tarea cada vez más complicada de resguardo y traslado de este material, pero en municipios como Othón P. Blanco impera la negligencia, ya que no se tienen planes para deshacerse de los neumáticos que no se utilizan, procurando el menor impacto al ecosistema”, dijo.

Además de ser criaderos de moscos, son una contaminación inminente para la zona, porque la degradación de una llanta lleva miles de años.

El también habitante de la comunidad de Ucúm, dijo que en la zona cada temporada de zafra se generen miles de llantas usadas que no tienen un lugar donde ser depositadas; se calcula que hay alrededor de 600 camiones cañeros y cada uno utiliza de 10 a 12 llantas que al fin de la cosecha son desechadas.

Además de las llantas de tractores, alzadoras, cosechadoras y vehículos particulares que se utilizan para la vigilancia de la cosecha por parte de las organizaciones cañeras y representantes del Ingenio San Rafael de Pucté.

Ante la situación realizó un llamado a las autoridades de Salud para ordenar que los cientos de toneladas de llantas se trasladen a un lugar especial a fin de que se les dé el tratamiento que corresponde.