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NUEVA ZELANDA.- La Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda y la Universidad Estatal de Michigan unieron fuerzas y analizaron datos de la Encuesta de Salud de Nueva Zelanda. Los investigadores además recopilaron la información topográfica de Wellington, una ciudad rodeada por el Mar de Tasmania y el Océano Pacífico, informa La Gran Época.

Descubrieron que las personas que tenían vista al océano eran más propensas a tener “bajos niveles de angustia psicológica”.

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Los investigadores tuvieron en cuenta una serie de variables, como la riqueza, edad y género, y llegaron a la conclusión de que era el océano, no los otros factores que se analizaron, el que mejora el estado mental de una persona.

Ámbar L. Pearson, co-autor del estudio, en la Universidad Estatal de Michigan, señaló que una vista al océano, denominado espacio azul, tuvo un efecto positivo en el bienestar psicológico de una persona, mientras que una vista de un parque, denominado espacio verde, no lo tuvo.

“Podría ser porque el espacio azul era todo natural, mientras que el espacio verde incluía áreas artificiales, tales como campos deportivos y zonas de recreo, así como áreas naturales como bosques nativos”, afirmó Pearson.

Pearson continuó diciendo que es muy posible que se pueda llegar a una conclusión distinta si los estudios se centran en áreas que tengan una visión de un espacio verde natural, como las casas con vistas a un bosque.

Es posible que los investigadores analicen y comparen este estudio que apareció en la revista académica Health & Place, con el estudio de los efectos de las personas que viven alrededor de los cuerpos más grandes de agua dulce, como los Grandes Lagos.

Aunque eso sólo podría ocurrir si se demuestra que el tipo de agua no juega un papel importante en el bienestar mental de una persona.

Así que si no deseas dar el salto y trasladarte a un lugar con vista al mar, lo mínimo que podrías hacer para mejorar tu estado mental es tomar unas largas vacaciones en la playa.