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Ciudad de México.- El té verde es como un suplemento para la prevención de enfermedades. Un nuevo estudio sugiere que algunos componentes de esta planta pueden prevenir miles de muertes cada año causadas por derrames cerebrales y enfermedades del corazón.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Emory en los Estados Unidos, la Universidad de Lancaster y la Universidad de Leeds, en el Reino Unido, descubrieron que el epigalocatequina-3-galato (EGCG), un compuesto que se encuentra en las hojas del té verde, tiene la capacidad de reducir las placas amiloides en el cerebro de los pacientes con derrames y enfermedades del corazón, según el portal Muy Interesante MX.

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En etapas avanzadas de estos pacientes, una proteína llamada apolipoproteína A-1 (apoA-1), puede formar depósitos de amiloide, que son similares en estructura a los asociados con el Alzheimer.

Estos depósitos se acumulan dentro de las placas ateroscleróticas, lo que aumenta su tamaño, restringiendo aún más el flujo sanguíneo y haciendo que las placas sean menos estables, lo que incrementa el riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.

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Las conclusiones

En el documento publicado en el Journal of Biological Chemistry, los investigadores dijeron que EGCG puede unirse a las fibras del tejido, convirtiéndolas en moléculas más pequeñas y solubles con menos probabilidades de causar daño.

“Los beneficios para la salud del té verde se han promovido ampliamente y se sabe desde hace tiempo que EGCG puede alterar las estructuras de las placas amiloides asociadas con la enfermedad de Alzheimer”, dijo David Middleton, profesor de química en la universidad de Lancaster.

Los investigadores están analizando las formas en que los niveles efectivos de la propiedad podrían introducirse en el torrente sanguíneo, sin que se requiera que las personas tomen grandes cantidades de té verde.

Los métodos pueden incluir la modificación de la estructura del compuesto para que sea más fácil de absorber a través del estómago, o mediante un producto químico que sea inyectado.

“Ahora necesitamos aplicar las mejores técnicas científicas para descubrir cómo podemos tomar el elemento molecular del té verde, y convertirlo en una herramienta de funcionamiento para combatir los problemas de salud que limitan la vida”, dijo la profesora Sheena Radford.