Experimental y financiada por el gobierno, la vacuna contra el Covid-19 de AstraZeneca

La farmacéutica AstraZeneca reconoció que “la vacuna puede no funcionar, pero se compromete a avanzar en el programa clínico".

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Se anticipa que los costos de fabricación de la vacuna se compensarán con fondos de los gobiernos con los cuales se logró el acuerdo, anunció la empresa anglo-sueca. [Foto: Pixabay]
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REINO UNIDO.- Alrededor de unas 400 millones de dosis de una vacuna experimental contra la cepa que ha provocado la pandemia por coronavirus es la meta que pretende la farmacéutica AstraZeneca, esto luego de haber firmado un acuerdo con la Europe’s Inclusive Vaccines Alliance. 

Este sábado 13 de junio, la empresa anglo-sueca anunció mediante un comunicado oficial que unió esfuerzos con la alianza creada por Alemania, Francia, Italia y Holanda para acelerar la producción del fármaco contra la Covid-19 que está a prueba en la Universidad de Oxford, el cual se espera esté listo para fines del 2020.

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“La compañía busca expandir aún más la capacidad de fabricación y está abierta a colaborar con otras compañías para cumplir con su compromiso de apoyar el acceso a la vacuna sin fines de lucro durante la pandemia”, así lo manifestó su portavoz, Adrian Kemp.

La empresa anglo-sueca firmó recientemente acuerdos similares con Gran Bretaña, Estados Unidos y diversas organizaciones para fabricar 700 millones de dosis. También tiene licencia con el Instituto del Suero de la India para fabricar mil millones de dosis, principalmente para países de bajos y medianos ingresos. La capacidad de fabricación total actualmente es de dos mil millones de dosis, detalló en su comunicado oficial.

Fármaco financiado por los gobiernos 

Cabe mencionar que la farmaceútica global con sede en Reino Unido reconoció que “la vacuna puede no funcionar, pero se compromete a avanzar en el programa clínico con rapidez y aumentar la fabricación en riesgo”. Esto confirma el entendido de que se trata de un fármaco en etapa experimental. 

Ante ello AstraZeneca refirió que “La respuesta integral a la pandemia de la compañía también incluye la rápida movilización de los esfuerzos de investigación global de AstraZeneca para descubrir nuevos anticuerpos neutralizantes de coronavirus para prevenir y tratar la progresión de la enfermedad Covid-19, con el objetivo de alcanzar ensayos clínicos en los próximos tres a cinco meses. Además, la compañía se ha movido rápidamente a la prueba de medicamentos nuevos y existentes para tratar la infección, incluidos los ensayos CALAVI en curso para Calquence (acalabrutinib) y el ensayo DARE-19 para Farxiga (dapagliflozina) en pacientes con Covid-19”, detalló la empresa.

Finalmente la compañía indicó que “se anticipa que los costos de fabricación de la vacuna se compensarán con fondos de los gobiernos”, es decir, de las naciones que conforman la alianza europea. 

En cuanto a la vacuna se dio a conocer que fue creada por el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford juntamente con el Oxford Vaccine Group. Y sus ensayos clínicos comenzaron con voluntarios sanos en abril con un millar de personas de 18 a 55 años en Gran Bretaña. Mientras que el mes pasado inició una nueva ronda con otros mil voluntarios. 

¿Qué dice la OMS respecto a la producción de vacunas?

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó a través de un reciente boletín titulado Intensificar la producción de vacunas, que “Existe un amplio consenso en que las medidas para garantizar un volumen de producción suficiente deben comenzar ahora. Algunos gobiernos ya están negociando acuerdos con fabricantes de vacunas”. 

“La producción de cantidades suficientes para responder a la demanda requerirá innovaciones en la fabricación”, aseveró Tatum Anderson, colaboradora del área de comunicación de la OMS. 

“La intensificación de procesos no resolverá todos los problemas para llevar los biofármacos y las vacunas desde los laboratorios hasta las personas que los necesitan, puesto que no afecta al tiempo requerido para los ensayos clínicos o la obtención de autorizaciones, por ejemplo. Sin embargo, parece probable que pueda acelerar la cadena de valor de las vacunas en un punto que hasta ahora suponía un obstáculo importante y al mismo tiempo permita que los países creen eslabones de esa cadena donde antes no existían, concluyó Anderson. 

 

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