Óscar Arias, Premio Nobel de la Paz en 1987, afirmó: "La paz no nace, se hace y requiere trabajo, valentía y esfuerzo colectivo para construirla".

Durante su participación en la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz, realizada en el Escenario GNP en Monterrey, el ex presidente de Costa Rica destacó que alcanzar la paz no es un camino fácil, pero es una tarea esencial.

Arias enfatizó que la paz no surge de forma espontánea de individuos excepcionales, sino que es el resultado del arduo trabajo de personas imperfectas que, a diario, se esfuerzan por aprender el arte del diálogo, la tolerancia y el respeto.

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Ideas, no armas

"Las lecciones de nuestra historia, con las experiencias que nos han enseñado, nos muestran que se llega a la paz poniendo al ser humano siempre en el centro de nuestras prioridades, defendiendo la vida: se llega a la paz invirtiendo en ideas y no en armas, conservando bosques y no prejuicios". 

Arias, abogado, economista, politólogo y empresario, es reconocido por participar en los procesos de paz en los conflictos armados en América Central en los años 80.

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Al participar en el panel final de la Cumbre enfatizó que, para construir la paz, se requiere un tipo de valentía diferente a la de los soldados en el campo de batalla.

"No hablo del valor para tomar las armas, sino todo lo contrario: del valor para abandonarlas. Hablo del valor para escoger el duro camino de la negociación y no el rápido descenso hacia la violencia; el valor para cambiar la retórica combativa de los enemigos y de las victorias, por la mesurada retórica del diálogo y de los acuerdos".

Cambiar la cultura de guerra

Consideró que cambiar una cultura de guerra por una de paz requiere esfuerzo colectivo y educación masiva, por lo que llamó a profesores, gobernantes y padres de familia a enseñar a los niños, jóvenes y estudiantes a promover un mundo cada vez más humano.

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Al enfatizar que hay muchos actos de barbarie ejecutados por personas estudiadas, recalcó que de nada le sirve al mundo formar académicos y letrados si no comprenden el valor de una vida.

"Con una educación preocupada por preservar la vida, nuestros estudiantes pueden construir un mundo de paz. Se llega a la paz poniendo al ser humano siempre en el centro de nuestras prioridades, defendiendo la vida: se llega a la paz invirtiendo en ideas y no en armas", manifestó.

Con información de Reforma