Mujer queda tuerta por una bacteria en la ducha

De acuerdo con los médicos, el problema tuvo mucho que ver con sus lentes de contacto.

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El parásito acanthamoeba se encuentra en el agua del grifo doméstico, piscinas y jacuzzis. (Internet)
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Agencia
BRUSELAS, Bélgica.- Hace tres años, durante un viaje de vacaciones en el que se suponía pasaría unos días de relajo y descanso, la vida le cambio para siempre a Petra van Kalmthout, una mujer de Bélgica, quien nunca se imaginó que un acto de rutina terminaría por costarle la pérdida del ojo derecho.

De acuerdo con el diario británico ‘The Sun’ y La República, durante el viaje Petra van Kalmthout, de 56 años, tomó una ducha sin quitarse los lentes de contacto que usaba frecuentemente, lo cual terminó siendo un grave error, pues un parásito que estaba en el agua terminó por alojarse entre su lente de contacto y su cornea, haciendo que horas más tarde comience a sentir dolor

Debido a esto, la mujer se retiró los lentes, sin embargo, su ojo derecho estaba rojo y al día siguiente el dolor era mucho más intenso, según su propio relato. Esto hizo que acuda a varios oculistas intentando que alguno le dé una solución, pero solo le recetaron gotas y cremas oculares.

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Como el dolor persistía, se dirigió al hospital universitario de Amberes, donde los médicos detectaron al parásito, de nombre acanthamoeba, pero para ese momento Petra ya era demasiado tarde, puesto que la ameba permaneció mucho tiempo entre el lente de contacto y la córnea, lo que terminó por comprometer todo el ojo derecho de la mujer.

Le recetaron un tipo de gotas especiales, y al no funcionar, los médicos decidieron intervenirla quirúrgicamente hasta en dos ocasiones. Las operaciones tampoco dieron resultados por lo que no quedó otra opción que extirpar el ojo derecho de Petra van Kalmthout,

La mujer acudió a varios oculistas que sólo le recetaron gotas y cremas oculares. (Internet)

La belga tuvo que adaptarse a tener un solo ojo, y optó por cubrirse la zona con un parche. Hace solo dos semanas recibió finalmente una prótesis ocular. "Mi vida se detuvo por tres años. Viajé a través del infierno. Ahora que finalmente tengo una prótesis, puedo tomar la vida de nuevo en mis manos", afirma.

El parásito acanthamoeba habita generalmente en depósitos de agua como lagos, pero también se encuentra en el agua del grifo doméstico, piscinas, jacuzzis, suelo y aire y afecta a los usuarios de ese tipo de lentes.

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