La coronación del mejor Brasil de la historia comandado por el jugador más icónico de todos los tiempos, Pelé; la obtención a perpetuidad de la Copa Jules Rimet; el primer Mundial con la tecnología de la TV a color; el debut del sistema de tarjetas amarilla y roja, y de la regla de cambios de jugadores durante el partido (antes sólo se permitía la sustitución del portero por lesión), fueron sólo algunos de los momentos icónicos que hicieron del Mundial de México 70 el más extraordinario de la historia del fútbol.

Hoy se cumplen 50 años, medio siglo de la inauguración de aquel evento que marcó un parteaguas en el máximo certamen del balompié global.

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El domingo 31 de mayo de 1970, ante 110 mil espectadores en un espectacular lleno en el Estadio Azteca, se realizó el juego inaugural, entre la anfitriona Selección Mexicana y la URSS. Nuestro país se convertía así en el primero en la historia en organizar consecutivamente los dos más grandes eventos deportivos de la humanidad, pues apenas dos años antes fue sede de los Juegos Olímpicos 1968.

El capitán de México, Gustavo Peña, y el de la URSS, Alekseyevich Shesternyov, previo al silbatazo inicial del juego inaugural. (Foto: Mexsport)

La hospitalidad y calidez de los mexicanos, su espíritu jovial y festivo, también le dieron gran brillo al Mundial. Los visitantes extranjeros quedaron cautivados con la fraternidad característica de nuestro país. México 70 fue conocido también como el Mundial de la paz y la concordia, lo que se reflejó en las canchas. Pese a ser el primer Mundial en que los árbitros utilizaron los cartones amarillos y rojos, no se registró ningún expulsado en todo el certamen.

Fueron auténticos días de fiesta. Las principales avenidas de la capital del país lucieron adornadas con anuncios luminosos del Mundial. (Foto: Mexsport)

La Selección Mexicana también vivió su momento culminante. Por primera vez en su historia avanzó más allá de la primera ronda.

Un cúmulo de vivencias quedó para la posteridad. Fue un Mundial rico en anécdotas y sucesos icónicos, incluso en gestas heroicas en el terreno de juego, como la inolvidable batalla entre Italia y Alemania, en la semifinal, un auténtico juegazo que ganó Italia 4-3 y que la historia se encargó de enmarcarlo como el “Partido del Siglo”, el más emocionante en la historia de los mundiales del Siglo XX.

Telstar fue el balón oficial; hasta en eso innovó México 70. Fue el primer balón cosido de pentágonos y hexágonos, tal como lo conocemos ahora. En el primer Mundial en nuestro país debutó el esférico moderno, dejando atrás los clásicos balones marrones de paneles alargados.

Historiadores del fútbol y varios expertos en la materia han coincidido en que el Mundial de México 70 sigue teniendo un lugar privilegiado como uno de los más culminantes, decisivos y encumbrados de la historia.