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ARGENTINA.- Cuando el pequeño Simón se enteró del terrible sufrimiento que sienten las personas autistas y los perros al escuchar los ruidos de la pirotecnia y decidió realizar una campaña en contra de juegos pirotécnicos.

Un niño de seis años, originario de la provincia Argentina de Río Negro, no dudo en iniciar su propia campaña contra la pirotecnia, saliendo a la calle a repartir volantes a los transeúntes con el fin de concientizarlos sobre el grave problema.

El pequeño de nombre, Simón, que tiene un amigo con autismo llamado Vico, no estaba solo, pues su madre, al ver la preocupación de su hijo, le sugirió escribir el mensaje en volantes.

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Juntos hicieron alrededor de 60 volantes que el pequeño entregó por su propia cuenta a los transeúntes en el centro de la ciudad.

La noble acción de Simón fue difundida en redes sociales, donde se hizo viral en poco tiempo, conmoviendo a miles de usuarios.

Tiene 6 años e ideó su propia campaña contra la pirotecnia en Río Negro: Simón, el nene que emociona al país pic.twitter.com/uEDbHhieSA

— #TurismoArgentina (@turisargentina) December 22, 2019

Cabe decir que el niño tuvo esta idea luego de ver un video donde cuatro personas se someten a una prueba de sonido, siendo el de la pirotecnia el más insoportable para ellos al causarles temor y palpitaciones, pero lo que más los impresionó fue enterarse de que los perritos tienen un oído tres veces más poderoso que el del humano, por lo que sufren todavía más el ruido.

El pequeño, al enterarse de que su amigo Vico también sufría con la pirotecnia, decidió actuar de esta manera.

El daño de la pirotecnia al medio ambiente y a la salud

Estos productos están hechos de diferentes compuestos sumamente contaminantes como el perclorato de sodio, cobre, estroncio litio, antimonio magnesio, aluminio y otros metales pesados, que al momento de detonar libera monóxido de carbono y otro tipo de partículas suspendidas.

La quema de pirotecnia también es dañina para otras especies y ecosistemas. Detonar un cohete cerca de  ríos y lagos, puede aumentar seriamente los niveles de contaminación, dañando microorganismos y a la fauna acuática.

Los contaminantes emitidos  tienen graves consecuencias para la salud, ya que entran directamente al sistema respiratorio en grandes cantidades, pudiendo ser causa de enfermedades respiratorias y hasta envenenamiento.

(Con información del Debate)