Un día como hoy fueron quemados los últimos códices mayas de Yucatán

Un 12 de julio casi hicieron desaparecer el registro de la cultura maya en Yucatán

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En la imagen un retrato del fraile pintado por Fernando Castro Pachecho, el cual se encuentra en el Palacio de Gobierno de Yucatán. (Novedades Yucatán)
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MÉRIDA, Yuc.- Un religioso franciscano de 38 años de edad, se encargó en una sola noche de desaparecer numerosos códices en los que se plasmaba toda la historia y creencias de la cultura maya en Yucatán.

Se trata de Fray Diego de Landa Calderón, el misionero que llegó a tierras yucatecas encomendado por la Iglesia Católica y la corona española para convertir al catolicismo a los nativos mayas que estaban siendo conquistados.

 

Retrato antiguo de Fray Diego de Landa. (Foto: contexto internet)

 

Como parte de un proceso inquisitorial que fue surgiendo en la región maya, un 12 de julio, pero de 1562, el religioso hizo encender un gran fuego en el municipio de Maní, al que arrojó objetos sagrados y 27 códices en los que se explicaba toda la vida e historia de los mayas.

¿Cómo llegó Fray Diego a Yucatán?

Enviado por la corona española para evangelizar las tierras conquistadas junto con otro grupo de religiosos, unos 13 años antes de esta quema de los ídolos y documentos mayas en Maní, Fray Diego de Landa emprendió un viaje de aprendizaje sobre la cultura maya.

Se le conoció como el misionero que más caminó por la selva de la Península de Yucatán, para saber lo más posible de los mayas.

 

Códice Maya de París, uno de los últimos 4 códices mayas que fueron rescatados. (Foto: contexto internet)

 

Así el fraile se fue ganando la confianza de los pobladores, quienes terminaron por mostrarle algunos escritos sagrados, los cuales consideró como creencias diabólicas.

Durante esos años, De Landa se fue haciendo a la idea de que en Yucatán existía una red clandestina de “apóstatas” mayas que querían empoderar a las “fuerzas del demonio” antes de que lo hiciera el catolicismo y se propuso evitarlo.

El misionero creyó que dicha red clandestina de mayas buscaban imponer la adoración del demonio en la Península y por eso habría iniciado la destrucción de códices y objetos sagrados.

Quema de los códices mayas un 12 de julio

Para 1562 la Inquisición Española estaba en su momento cumbre, lo cual facilitó a Fray Diego de Landa realizar el Auto de Fe de Maní, una figura de la Inquisición que obligaba a potenciales creyentes de cosas del demonio a arrepentirse en actos públicos.

Un número desconocido de mayas fueron llamados al Auto de Fe en el que se les torturó para que reconocieran su “fanatismo por dioses alejados de la fe cristiana”. Tras la quema de sus ídolos e identidad algunos indígenas se suicidaron. 

 

Para 1562 la Inquisición Española estaba en su momento cumbre, lo cual facilitó a Fray Diego de Landa realizar el Auto de Fe de Maní. (Foto: contexto internet)

 

En el proceso del 12 de julio de 1562, un número incierto de códices y libros mayas (27 de acuerdo a Landa) y aproximadamente 5 mil figuras religiosas diversas fueron destruidos.

Se calcula que incineraron documentos mayas equivalente a toneladas de libros. Esos documentos contenían registros escritos de todos los aspectos de la civilización maya. El estudioso Sylvanus G. Morley plantea que Landa destruyó 191 ídolos, 27 códices y 14 templos. 

Solo cuatro libros originales con escritura maya o códices se sabe han sobrevivido a la destrucción de la ceremonia de 1562. Estas obras sobrevivientes son los llamados Códices Mayas.

El fraile se arrepiente

Se cree que Fray Diego de Landa Calderón se arrepintió años después de las atrocidades que hizo pues en 1566 escribió su libro Relación de Cosas de Yucatán, donde trata de describir cómo era el mundo maya que encontró.

Luego escribió una doctrina cristiana en lengua maya, la cual sabía hablar, y la mandó a imprimir a Ciudad de México en 1575. También, fue obispo de la Arquidiócesis de Yucatán entre 1572 y 1579.

 

En 1566, Fray Diego escribió su libro Relación de Cosas de Yucatán. (Foto: contexto internet)

 

Pese a sus esfuerzos el daño no se reparó jamás, porque sus escritos sobre la vida maya no eran exactos y por el contrario resultaban contradictorios, lo que llevó a investigadores como Charles Étienne Brasseur de Bourbourg a fallar en la traducción de los códices mayas que no fueron destruidos.

Para 1950 el lingüista ruso Yuri Knórozov desechó oficialmente cualquier documento hecho por De Landa, por no servir para entender la lengua de esta cultura.

Con información de México Desconocido

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