La flor de nochebuena, conocida científicamente como Euphorbia pulcherrima, es más que un símbolo navideño; es un emblema de la tradición mexicana y un valioso recurso natural que el país comparte con el mundo.

Originaria de México, esta planta cuenta con más de 30 variedades y se cultiva en varios estados, como Morelos, Michoacán y Jalisco, destacando por su belleza y significado histórico.

Un legado cultural y natural

En la cultura prehispánica, los nahuas llamaban a esta planta "cuetlaxochitl", que significa "flor de cuero", utilizándola como ornamento. Durante la época colonial, los frailes franciscanos en Taxco de Alarcón, Guerrero, la adoptaron como símbolo en las festividades de la Pascua y el Santo Pesebre.

Posteriormente, en 1925, el botánico estadounidense Joel Roberts Poinsett introdujo esta planta en Estados Unidos, donde fue adaptada y comercializada, convirtiéndose en un ícono navideño global.

Innovación y comercio

Con una inversión significativa en su manejo agronómico, México ha perfeccionado las técnicas de cultivo de la nochebuena, como el uso de invernaderos con control de luz y temperatura para intensificar los colores de sus brácteas. Estas hojas modificadas, comúnmente confundidas con pétalos, rodean las pequeñas flores amarillas conocidas como ciatio.

El mercado ofrece variedades en colores como rojo, blanco, amarillo y rosado, así como tamaños que van desde pequeñas plantas de interior hasta arbustos de 2 metros. Este esfuerzo permite atender la alta demanda en épocas decembrinas, resaltando el trabajo de los productores mexicanos.

Día Nacional de la Flor de Nochebuena

Cada 8 de diciembre, México celebra el Día Nacional de la Flor de Nochebuena, destacando su importancia cultural y económica. Con una producción anual planificada con meses de antelación, esta planta reafirma su posición como símbolo de unión y tradición en las fiestas navideñas.

(Con información de la Dra. María de Lourdes Delgado Aceves)