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Ciudad de México.- La empresa Enerall, de Alfonso Romo Garza, actual Jefe de la Oficina de la Presidencia de México, fue señalada de explotar acuíferos en Yucatán, afectar la vegetación y fauna local y no cumplir con medidas de mitigación ambiental, según una investigación periodística.

La investigación, que se desarrolló en alianza con la plataforma latinoamericana de periodismo CONNECTAS, Aristegui Noticias, Proceso, Ruido en la Red, Univisión, Vice en Español y el apoyo del International Center for Journalists (ICFJ), señala que esta compañía, fundada en 2007, fue acumulando territorio hasta llegar a casi 15 mil hectáreas y se convirtió en la mayor explotadora de agua subterránea para uso agrícola de la Península de Yucatán y la tercera en el país.

Alfonso Romo dejó Enerall antes de integrar el equipo de Andrés Manuel López Obrador, a finales de 2018, pero la propiedad de la compañía sigue estando en manos de su familia, afirma el estudio.

Se trata de una compañía biotecnológica beneficiaria de 23 títulos para la explotación de aguas que le fueron otorgados entre 2012 y 2018, de los cuales 14 de ellos se encuentran a su nombre y los otros 9 le fueron cedidos por terceros a través de la compra de terrenos.

 Toda esta agua se obtuvo de forma gratuita a través de la Ley de Aguas Nacionales que no emite cobros cuando se destina a la agricultura.

"Los datos obtenidos muestran cómo la rápida expansión convirtió a Romo Garza, a través de Enerall, en un cacique del agua en territorio maya. La compañía necesita grandes cantidades del líquido para cumplir la visión de su fundador de convertir en fértiles suelos improductivos por ser pedregosos".

Para lograr satisfacer sus necesidades de agua, la empresa utilizó un sistema que la extrae del subsuelo para regar las tierras 270 días al año a través de 60 pozos y 30 pivotes, cada uno de los cuales se mantiene activo durante 7 horas diarias, de acuerdo con una descripción remitida por la empresa a la Profepa y los expedientes de Conagua.

El agua del acuífero de la Península de Yucatán, del cual Enerall ha logrado servirse como ningún otro particular, es clave para la zona, y se considera el acuífero con la reserva más importante del país.

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Aunque aún todavía con recursos masivos de agua, en la última década ha visto desplomarse en casi 50 por ciento su disponibilidad media anual, situación que ya ha causado malestar entre productores mayas, quienes a partir de 2016, según la Conagua, padecen registros históricos de sequía extrema: coinciden en que sus pozos están secos o descienden de nivel por culpa de quienes riegan sin parar.

En 2018, un daño ambiental en el cenote de Tizimín, Yucatán, por parte de Enerall llevó a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en 2018 a investigar el megaproyecto.

Como respuesta a la investigación periodística, el jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, aseveró que no va renunciar a su cargo.

“Todo lo que sacaron, me da risa. Por eso no voy a contestar. Estoy sumamente orgulloso de lo que hice”, aseguró.

Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó que pedirá tanto a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales como a la Secretaría de la Función Pública que investiguen a la empresa Enerall, para definir si hay o no conflicto de intereses porque los servidores públicos no pueden tener vínculos con empresas.

(Con información de Reforma).