Mexicanos sobreviven con bajos salarios y precios altos

Un estudio de la UNAM reveló que en los últimos 27 años, el precio de la canasta básica se ha incrementado 400 por ciento.

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Zulaika Flores, costurera en un taller de la colonia Roma, debería ganar por lo meno 86.84 pesos diarios, pero su percepción es de unos 41 pesos. (Nelly Salas/Milenio)
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Israel Navarro/Karen Cota/Milenio
MÉXICO, D.F.- Al menos un millón 229 mil capitalinos que perciben de uno a dos salarios mínimos deben acumular entre 11 y 22 horas de trabajo para adquirir los productos de una canasta básica, de 184 pesos; además, dos millones, la mitad de la población económicamente activa de la Ciudad de México, no tienen acceso a las instituciones de salud pública.

Ayer, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, presentó su propuesta para elevar a 82.86 pesos el salario mínimo de los trabajadores, y en este contexto, el estudio México: Fábrica de Pobres, elaborado por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México, reveló que en los últimos 27 años el incremento de precio de estos alimentos fue de 400 por ciento, mientras que la tendencia del poder adquisitivo del salario mínimo tuvo una caída acumulada de 77.79 por ciento.

En 1987 un trabajador tenía que laborar cuatro horas con 57 minutos por día para comprar una canasta básica, el mismo trabajador 27 años después (al 12 de abril del 2014) requiere trabajar 22 horas para adquirirla, lo que representa un incremento de 400 por ciento, es por eso que hoy se necesita que tres miembros de una familia contribuyan con el ingreso familiar.

Los últimos resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo detallan que en el Distrito Federal un millón 229 mil 947 personas reciben de uno a dos salarios mínimos para adquirir productos de su alimentación básica. Esto contrasta con los 603 mil 539 que obtienen de tres a cinco ingresos para el mismo fin.

En el indicador sobre las jornadas de trabajo refiere que tres millones 128 mil 554 empleados en la Ciudad de México laboran de 35 a más de 48 horas. Mientras que solo 195 mil 571 trabajan menos de 15 horas para obtener sus ingresos.

Las cifras también arrojan que de los cuatro millones 32 mil capitalinos que participan activamente en la economía, la mitad, dos millones 237 mil 97, no tiene acceso a los servicios de salud.

Artículos de lujo

El estudio revela que la leche, tortilla, pan, frijol y huevo han pasado a ser productos de lujo en la mesa de los mexicanos.

En el caso del lácteo, se observa que en 32 años se han dejado de consumir prácticamente 14 litros de leche por día entre las familias nacionales.

La tortilla, que representa por excelencia uno de los alimentos de la cultura mexicana y que por generaciones ha estado presente en la dieta de los mexicanos "comienza a ser un lujo".

El 1 de enero de 1982 una familia podía comprar al día 50 kilos de tortillas con un salario mínimo, en un periodo de 32 años ha dejado de adquirir y consumir 45 kilos, es decir, al 12 de abril de 2014 solo puede comprar 5 kilos 800 gramos.

El pan blanco es un ejemplo emblemático en el estudio del consumo de las familias mexicanas. La reducción en el consumo en 32 años ha ocasionado una merma de 256, es decir, con un salario mínimo en 2014 se pueden adquirir solo 38 unidades de las 280 que se compraban en 1982.

Mientras que el consumo del frijol cayó en forma dramática en las últimas tres décadas, de ocho kilos 560 gramos, es decir, al 12 de abril de 2014 con un salario mínimo solo se pueden adquirir tres kilos 300 gramos del grano de los 11 kilogramos que se podían adquirir en 1982.

Finalmente en este ejercicio el caso del consumo de huevo. En 1982 un trabajador con un salario mínimo podía comprar 8 kilos y medio, para 2014 se ha contraído su consumo 71 por ciento, es decir, hoy solo puede adquirir dos kilos 400 gramos de huevo.

El Centro de Análisis Multidisciplinario propone un ingreso para una familia de 184.96 pesos por día; por tanto, habría que aumentar 117.67 pesos al salario mínimo diario.

¿Vivir o sobrevivir?

Mientras políticos y legisladores discuten sobre un posible aumento de salario mínimo, trabajadores intentan sobrevivir con los bajos sueldos y altos precios. Aquí algunos testimonios.

Adriana Cruz tiene 37 años y cinco hijos. No tiene pareja y mantiene a su familia con 77 pesos diarios —poco más de un salario mínimo— que gana como despachadora en una gasolinería. Según la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, ella debería ganar 86.84 pesos diarios. Cruz se mantiene mayormente de propinas.

Vive en el Edomex y a diario se traslada para trabajar 8 horas. Ella y sus hijos no salen a divertirse. Cuatro estudian con becas y la mayor no pudo seguir por falta de recursos.

Zulaika Flores de 33 años, no tiene hijos y no se ha casado. Vive con su madre y su hermano. Ambas son costureras en un taller de la colonia Roma. Su hermano, de 39 años, es bibliotecario y quien tiene la mayor carga de los gastos.

Según la tabla de salarios mínimos, ella debería ganar por lo menos 86.84 pesos diarios, pero su percepción es mayor en 41 pesos; no obstante, Zulaika apenas puede aportar a la economía familiar y no le queda para nada más. Si hay una urgencia, la familia debe recurrir a préstamos y Zulaika constantemente hace costuras "por fuera" de su empleo, para poder alcanzar a cubrir los gastos mínimos.

Ser enfermera es una labor que está en la mente colectiva como una profesión humanamente satisfactoria. Están en contacto con el dolor. Eso lo tiene claro Teresa Resenos (sic), cuyo esposo es técnico en aduanas. Ella gana 5 mil pesos a la quincena y entre los dos sacan adelante a sus hijos de 6 y 16 años.

"He dejado ir la oportunidad de comprar una casa por la falta de recursos o que mis hijos vayan a escuelas mejores", dijo la mujer que trabaja 12 horas diarias en un hospital de la colonia Roma.

"Esperemos que si suben el salario mínimo, que sea un porcentaje bueno, que no se quede nada más en promesas, que lo cumplan."

Angélica Hernández es jefa de enfermeras. Tiene un salario apenas 500 pesos mayor al de las enfermeras generales de su hospital, es decir, gana 5 mil 500 pesos quincenales. Estudió licenciatura en enfermería, tiene posgrado en enfermera quirúrgica, un diplomado en periodismo clínico y cursos de certificación de hospitales. Durante 40 años ha ejercido en el sector privado.

"Te tienes que ir adecuando a lo que ganas, pero creo que uno debe ganar según las funciones que realizas", dijo, y añadió que se paga muy poco para toda la responsabilidad que tiene un enfermero. "Subir el salario es un proyecto solamente, no sé si algún mandatario quiere salir a relucir".

Para Rosaura Cano no es sencillo ser vendedora de mostrador en un café del Distrito Federal. Ella gana 2 mil 500 pesos quincenales. Sus hijos ya se casaron y junto con su esposo mantienen el hogar, pero aunque él es gerente en un restaurante, con los dos salarios no les alcanza y apenas salen con los gastos del mes. La prioridad de la pareja es cubrir los gastos de alimentación y los pagos corrientes como el agua, el gas, la electricidad.

"Hemos dejado de pasear porque no alcanza, y lo que hago en mis días de descanso son labores del hogar", comentó y agregó que "no tiene caso que suban el salario 2 pesos para que todo lo demás suba 4".

Todos los entrevistados estaban enterados de las discusiones recientes sobre el aumento del salario mínimo propuesto por el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera. Deberían conocer las maravillas que inventan los ciudadanos cada día para que el salario les alcance apenas para satisfacer sus necesidades, aunque esté por arriba del mínimo.

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