Ayotzinapa: Testigo asegura que los 43 fueron disueltos e incinerados
La declaración de “Juan” ante FGR arroja nuevos elementos sobre la desaparición de los 43.
Ciudad de México.- La declaración de “Juan” ante la Fiscalía General de la República (FGR), arroja nuevos elementos sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Los estudiantes fueron detenidos el 26 de septiembre de 2014 junto con una treintena de personas más en una operación en la que participaron militares, policías y sicarios de la agrupación Guerreros Unidos.
Un grupo de estudiantes fue interrogado en el 27 Batallón de Infantería en Iguala y luego entregado a los narcos para su desaparición. Algunos fueron entregados muertos.
Batallón de Infantería
Según esta versión, la madrugada del 27 de septiembre de 2014 los estudiantes y presuntos narcos fueron destazados en una casa de seguridad de Guerreros Unidos ubicada en la Colonia Tacuba-11 de Marzo, en Iguala.
Lugar del homicidio
Este inmueble fue cateado por orden de un juez federal, el 10 de junio de 2020 y en el acta de cateo se asentó que en el suelo había marcas de desprendimiento del material de concreto “ocasionadas por un objeto de consistencia dura y sólida”, presuntamente los machetes con los que habrían sido destazados los cuerpos.
Algunos de los cuerpos destazados fueron cremados en Servicios Funerarios “El Ángel”, ubicados a las afueras de Iguala; y algunos más disueltos en ácido.
En la funeraria tardaron dos días en cremar todos los restos humanos. A un empleado del crematorio los narcos le regalaron una camioneta por servicios prestados.
Crematorios del Ángel
Otros restos que no se alcanzaron a cremar fueron esparcidos en Taxco, cerca de unas minas abandonadas, e Iguala, poco antes de llegar al pueblo de Coacoyula, en el basurero de Cocula y por el drenaje.
Según la versión, policías estatales confabulados con los narcos, sembraron evidencias en el basurero de Cocula para ayudar a autoridades a dar resultados “rápidos” de las investigaciones.
“Deseo señalar que no solamente se ejecutó a 43 estudiantes y las personas que murieron en Santa Teresa, sino que hubo más personas muertas en el evento del 26 y 27 de septiembre de 2014, las cuales pertenecían al grupo de Onésimo Marquina Chapa y de Isaac Navarrete Celis y que se metieron a Iguala, siendo un total como de 70 u 80 personas el total de muertos de esos hechos”, declaró “Juan” el 10 de febrero de 2020.
Según esta nueva versión, Guerreros Unidos, auxiliado por militares y policías, buscaba a sicarios del grupo de Onésimo Marquina Chapa “El Necho”, un ex socio que les declaró la guerra por una deuda de 9 millones de pesos de un cargamento de opio incautado por el Ejército.
Fueron tres grupos de personas detenidas: uno fue tomado directamente por miembros de Guerreros Unidos, otro se la llevó la policía estatal y otro el Ejército a las instalaciones del 27 Batallón de Infantería. El propósito era interrogarlos para saber quiénes eran los sujetos que venían en el grupo contrario.
Los detenidos en el cuartel militar fueron entregados a una célula de Guerreros, conocida como “Los Tilos” quienes procedieron a su desaparición.
Batallón de Infantería
Las cenizas fueron entregadas por los narcos a un agente de la policía ministerial de Guerrero de nombre Wenceslao y apellido Zempoatleca o Tlaxcalteca el 3 o 4 de octubre de 2014 con el fin de que las autoridades locales tuvieran una solución a sus investigaciones.
El mismo día en que entregaron las cenizas, las autoridades estatales fueron a dispersar los restos e inclusive ‘sembrar’ casquillos y cartuchos percutidos, debajo de unas piedras, en el basurero de Cocula.
Esta operación tenía el propósito de responsabilizar a la gente de nivel más bajo en la organización delictiva.
La declaración de “Juan”, rendida ante la Unidad Especializada para el Caso Ayotzinapa en febrero de 2020, permitió la detención del capitán José Martínez Crespo -señalado como operador de las detenciones de los normalistas- y la solicitud de 17 órdenes de aprehensión más contra militares.
Además, permitió ubicar en una cañada de Iguala los restos de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, otro de los normalistas desaparecidos el 26 de septiembre de 2014.
El testimonio del testigo protegido “Juan” confirma lo contenido en los mensajes de Blackberry que intercambiaron jefes de Guerreros Unidos que operan en Chicago con sus socios locales.
Dichos mensajes fueron interceptados por la DEA como parte de sus indagatorias sobre tráfico de heroína de México a Estados Unidos.
En ese intercambio donde los ejecutores hablaban de la desaparición de más de 60 personas, incluidos los 43 normalistas, los jefes de Chicago daban instrucciones de qué hacer con los detenidos y muertos el 26 de septiembre de 2014.
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