Agencias
BUENOS AIRES, Argentina.- Muchas veces, las prisiones no cumplen su propósito de reinsertar socialmente a los delincuentes, y cuando la sanción penal es de muchos años, poco les importa cometer un crimen más, ya que pierden la esperanza de recobrar la libertad. El siguiente caso, publicado por el sitio web de El País, ilustra lo anterior:   

Gabriel Herrera cumplía condena por robo en una cárcel argentina cuando en 2006 ahorcó a su pareja con una camiseta durante una visita íntima. La Justicia lo condenó a cadena perpetua y lo trasladó al penal de máxima seguridad de la provincia de Salta, en el norte del país. Once años después, Herrera ha repetido el crimen. 

El pasado jueves apuñaló a su novia, de 19 años, en una celda frente al bebé de dos meses que habían tenido en común. Acto seguido, entregó el bebé a un guardia y confesó el asesinato.

El nuevo feminicidio ha vuelto a conmocionar a Argentina, donde hace solo 15 días ocurrió una situación casi idéntica en la vecina provincia de Tucumán. Henry Coronado, también preso por este delito, mató a su pareja durante una visita a la cárcel en vísperas de las fiestas navideñas.

El Gobierno salteño ha separado del cargo al responsable de la cárcel de Villa Las Rosas ha intervenido el penal y ha ordenado abrir una investigación "para determinar la posible responsabilidad que pudo haber habido en el sistema", informa la ministra de derechos humanos y justicia de Salta, Pamela Calletti. 

Los investigadores buscan también esclarecer cómo llegó a manos de Herrera el arma homicida, un elemento punzante usado en trabajos de carpintería.

La relación entre Herrera y Andrea Niri "nació, creció, se desarrolló y murió" en la cárcel, describió el fiscal de la causa, Pablo Rivero, al canal TN. Niri visitaba a unos familiares en el penal cuando conoció al reo, 20 años mayor que ella, el año pasado. Se enamoraron y a los pocos meses quedó embarazada. Cuando nació el bebé lo llevaba a las visitas penitenciarias para que conociera al padre.

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"Este hecho nos pone en alerta. La idea es saber si existieron no solo responsabilidades individuales, sino también sistémica", dice por teléfono Calletti.

Salta declaró la emergencia social en materia de género en 2014, que acaba de ser prorrogada hasta 2017. El año pasado se registraron en esta provincia nueve feminicidios, perpetrados en su mayoría por parejas o exparejas de las víctimas.

En Argentina una mujer es asesinada cada 30 horas en promedio por el hecho de ser mujer. Según el Registro Nacional de Femicidios de la Corte Suprema de Justicia, en 2015 se registraron 235 feminicidios en el país. 

Las estadísticas oficiales han sido criticadas por Naciones Unidas por considerar que dejan fuera cerca del 20% de los casos, aquellos en los que el agresor se suicida tras el crimen y no se abre una causa penal y los relativos a personas trans que no oficializaron su cambio de género. 

Según la ONG Casa del Encuentro, que contabiliza los feminicidios a partir de recortes de prensa, se registraron 286 asesinatos, un 3.2% más que en 2014.