Este 24 de marzo, en un fallo clave, la Corte Constitucional de Corea del Sur anuló la destitución del primer ministro Han Duck-soo, devolviéndolo a su cargo como presidente interino del país. 

Sin embargo, la incertidumbre política persiste, ya que el tribunal aún no ha decidido sobre el juicio político al presidente Yoon Suk Yeol, quien enfrenta graves acusaciones tras imponer la ley marcial a finales del año pasado.

El fallo sobre Han, aprobado por siete de los ocho jueces, se centró en que las acusaciones en su contra no eran ilegales o carecían de la gravedad suficiente para justificar su destitución. Aunque este veredicto no anticipa necesariamente la decisión sobre Yoon, podría fortalecer la posición de sus seguidores.

Al ser reinstalado, Han agradeció la decisión de la corte, calificándola de ‘sabia’, y prometió enfocarse en los desafíos económicos urgentes, aludiendo a la política comercial agresiva del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. También hizo un llamado a la unidad nacional, afirmando que ‘no hay izquierda ni derecha, lo que importa es el avance de nuestra nación’.

Han asumió como presidente interino tras la destitución de Yoon por parte de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición progresista. Poco después, también fue removido de su cargo, lo que generó una inédita situación en la que los dos funcionarios más importantes del país fueron suspendidos en cuestión de semanas. 

Durante su ausencia, el viceprimer ministro y ministro de Finanzas, Choi Sang-mok, tomó las riendas del gobierno surcoreano.

Un país dividido y la incertidumbre sobre Yoon

Si la Corte Constitucional confirma la destitución de Yoon, Corea del Sur deberá celebrar elecciones anticipadas. En caso contrario, el presidente recuperará su cargo y sus poderes. 

Mientras tanto, Yoon enfrenta un proceso judicial por rebelión debido a su decreto de ley marcial, un delito que podría costarle la cadena perpetua o incluso la pena de muerte. Aunque fue arrestado, actualmente espera su juicio en libertad.

Las calles de Seúl y otras ciudades han sido escenario de intensas manifestaciones tanto a favor como en contra de Yoon. Encuestas previas indicaban que la mayoría de los surcoreanos criticaban la imposición de la ley marcial, pero sus seguidores han ganado fuerza en los últimos meses.

El centro del conflicto radica en la razón detrás de la ley marcial: Yoon justificó la medida como un intento de mantener el orden, pero testimonios de altos mandos militares y policiales indican que su verdadero objetivo era impedir que la Asamblea votara en su contra. A pesar de sus esfuerzos, los legisladores lograron ingresar al recinto y revocar su decreto.

La lucha por el control de la Corte Constitucional

Uno de los factores clave en la crisis política ha sido la composición de la Corte Constitucional. Han, al igual que su sucesor Choi, se negó a llenar tres vacantes en el tribunal, generando sospechas de que ambos buscaban favorecer al gobernante Partido del Poder Popular y aumentar las probabilidades de que Yoon recuperara el poder.

El actual presidente interino, Choi Sang-mok, nombró a dos nuevos jueces, pero la vacante restante sigue sin cubrirse. Esto ha llevado al Partido Democrático y a otras fuerzas de oposición a presentar una moción de destitución en su contra, elevando aún más la tensión política en el país.

Con información de AP