Regresan a EU tras su liberación en Corea del Norte

Matthew Miller, de Bakersfield, California, y Kenneth Bae, de Lynnwood, Washington, llegaron a una base conjunta en Washington.

|
Matthew Miller, a la izquierda, que estuvo detenido en Corea del Norte desde abril de 2014, es recibido a su llegada a Estados Unidos en la base militar Lewis-McChord, Washington, EU (Agencias)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Agencias
WASHINGTON, EU.- Los últimos dos estadounidenses que estuvieron detenidos en Corea del Norte están felices después de regresar a casa, según informó Associated Press.

Kenneth Bae y Matthew Miller aterrizaron la noche del sábado en esta base militar conjunta en el estado de Washington después de partir del aislado país comunista, gracias a una misión secreta del principal funcionario de inteligencia de Estados Unidos.

Bae, rodeado por su familia, ofreció una breve rueda de prensa después de que el avión que lo llevaba a él y a Miller aterrizó a en torno a las nueve de la noche, hora local. "Sólo quiero darles las gracias a todos por apoyarme y mantenerse a mi lado", dijo.

Dio las gracias al presidente Barack Obama y a las muchas personas que le apoyaron a él y a su familia. También tuvo palabras de agradecimiento para el gobierno norcoreano por dejarlo en libertad.

"Fueron dos años asombrosos, aprendí mucho. Crecí mucho, perdí mucho peso", comentó Bae, un misionero coreano estadounidense con problemas de salud. Cuando le preguntaron cómo se sentía, respondió: "Me estoy recuperando en este momento".

Su familia ha dicho que él sufre diabetes, hipertrofia cardiaca, problemas de hígado y dolores de espalda.

Bae cumplía una sentencia de 15 años de prisión por supuestas actividades antigubernamentales y Miller estaba acusado de espionaje

Matthew Miller, de Bakersfield, California, y Kenneth Bae, de Lynnwood, Washington, llegaron a la base conjunta Lewis-McChord, acompañados de James Clapper, director de Inteligencia Nacional, según autoridades estadounidenses.

Clapper fue el estadounidense de mayor rango que visita Pyongyang en más de una década.

Los familiares de Bae, que viven cerca de la base militar en expansión al sur de Seattle, se encontraron con él apenas aterrizó.

Su madre lo abrazó cuando bajó del avión. Miller bajó del avión del gobierno de Estados Unidos poco después y también fue recibido con abrazos.

La liberación de los estadounidenses representó el giro más reciente en la errática relación entre el gobierno de Obama y el joven gobernante de Corea del Norte, Kim Jong Un, cuya postura hacia Estados Unidos varía con frecuencia, de desafíos a alguna conciliación ocasional.

"Es un día maravilloso para ellos y sus familias", declaró Obama en la Casa Blanca. "Obviamente estamos muy agradecidos por su regreso a salvo".

Un funcionario de alto rango del gobierno de Obama dijo que el presidente aprobó la misión la semana pasada y que los funcionarios estadounidenses pasaron los siguientes días planeando el viaje. Clapper pasó alrededor de un día en Corea del Norte y se reunió con funcionarios de seguridad norcoreanos, pero no con Kim, dijo el funcionario a bordo del avión presidencial Air Force One, mientras Obama se preparaba para viajar a Beijing.

Analistas especializados en los asuntos de Corea del Norte dijeron que la decisión de liberar justo ahora a Bae y Miller de largas sentencias de cárcel posiblemente fue un intento de las autoridades norcoreanas por aliviar la presión en relación con su propio historial de derechos humanos.

En un informe reciente, Naciones Unidas documentó violaciones, torturas, ejecuciones y trabajos forzados en la red de campos carcelarios de Corea del Norte y acusó al gobierno norcoreano de efectuar violaciones "generalizadas, sistemáticas y flagrantes" a los derechos humanos.

Bae y Miller eran los últimos estadounidenses retenidos en Corea del Norte.

Allí, Bae cumplía una sentencia de 15 años de prisión por supuestas actividades antigubernamentales. Fue detenido en 2012 cuando guiaba a un grupo turístico por una zona económica norcoreana.

Por su parte, Miller cumplía una pena de seis años de cárcel por espionaje, después de supuestamente romper su visado de turista en el aeropuerto de Pyongyang el pasado abril, para a continuación pedir asilo.

Pyongyang afirmó que Miller quería experimentar la vida carcelaria para investigar en secreto la situación de derechos humanos en el país.

Lo más leído

skeleton





skeleton