¿Fin de la pandemia? Más países relajan medidas contra el COVID-19
La OMS ha admitido que algunos países pueden retirar las restricciones si tienen altas tasas de inmunidad y sistemas de salud fuertes.
Poco a poco, muchos países golpeados por el coronavirus retiran sus duras y a menudo impopulares restricciones para combatir el COVID-19, en medio de las esperanzas de que la oleada de contagios por la variante ómicron puede haber pasado su punto máximo.
Las primeras medidas para relajar las precauciones, que se basan en el declive o la estabilización de las cifras de casos en los últimos días, representan lo que podría ser otro punto de inflexión en una pandemia de casi dos años que ha estado llena de ellos.
El descenso en los casos de ómicron en muchos lugares ha dado lugar a la esperanza de que el brote esté a punto de entrar en una nueva fase, en la que el virus se convertirá —como la influenza— en una amenaza persistente, pero generalmente manejable con la que las personas pueden vivir.
Países que relajan medidas contra el COVID-19
En Estados Unidos, los líderes locales han ofrecido una mezcolanza de respuestas. La ciudad de Denver está eliminando los requisitos de presentar prueba de vacunación y las reglas de uso de mascarillas para negocios y espacios públicos, aunque los ha mantenido para las escuelas y el transporte público.
El gobernador de Nueva York planea la próxima semana revisar si mantiene el mandato de uso de cubrebocas en el estado, en un momento en que los casos y las hospitalizaciones se han desplomado en comparación con el punto crítico inicial de la ómicron
Gran Bretaña, Francia, Irlanda, Holanda y varios países nórdicos han tomado medidas para poner fin o suavizar sus restricciones contra el COVID-19.
En algunos lugares, como Noruega y Dinamarca, la relajación se produce a pesar de que los recuentos de casos todavía rondan sus cifras máximas. Algunos gobiernos esencialmente están apostando a que la pandemia está disminuyendo.
La semana pasada, Inglaterra puso fin a casi todas las restricciones nacionales: ya no hacen falta mascarillas en espacios públicos ni se solicitan pases de vacunación para acceder a eventos u otros recintos públicos, y la orden de trabajar desde casa se suspendió. Sólo queda una condición: las personas que den positivo deben aislarse.
El martes, Noruega retiró su prohibición de servir bebidas alcohólicas a partir de las 23:00 y el límite a reuniones privadas de no más de 10 personas. La gente puede volver a sentarse codo con codo en eventos con asientos fijos y pueden organizarse eventos deportivos como antes de la pandemia.
En la capital de Dinamarca, que el martes tomó la delantera entre los miembros de la Unión Europea al eliminar la mayoría de las restricciones, un día después muchas personas todavía usaban mascarillas en las calles y en las tiendas.
Suiza eliminó el miércoles los requisitos de trabajo en el hogar y de someterse a cuarentena. Anunció planes para aliviar otras restricciones en las próximas semanas, diciendo: “A pesar de las cifras récord de infecciones, los hospitales no se han sobrecargado y la ocupación de las unidades de cuidados intensivos se ha reducido aún más”
Aunque se ha demostrado que la ómicron tiene menos probabilidades de causar enfermedades graves que la variante delta, los expertos advierten a las personas que no la subestimen ni que bajen la guardia ante la posibilidad de nuevas mutaciones más peligrosas.
De la misma manera que durante la pandemia, muchos países van por libre: Italia ha estrechado sus requisitos de pase de salud durante el brote de ómicron. A partir del lunes, el gobierno exige al menos una prueba negativa en las 48 horas previas para entrar en bancos y oficinas de correos, y cualquiera mayor de 50 años que no esté vacunado se expone a una multa de 100 euros (113 dólares).
Austria, que fue el primer país europeo en imponer un mandato de vacunación, planea relajar este mes las restricciones de COVID-19 y tomar medidas como permitir que los restaurantes permanezcan abiertos más tarde. Grecia ha ordenado multas para las personas de 60 años o más que se nieguen a vacunarse.
En Alemania, donde las infecciones siguen marcando récords diarios, siguen vigentes las restricciones a las reuniones privadas y los requisitos de que las personas muestren pruebas de vacunación o recuperación para ingresar a tiendas no esenciales.
El director de emergencias de la OMS, el doctor Michael Ryan, advirtió que la presión política podría llevar a algunos gobiernos a reabrir demasiado pronto, y “eso resultará en una transmisión innecesaria, enfermedades graves innecesarias y muertes innecesarias”.
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