Agencias
MADRID, España.- El presidente iraní Hasán Rohaní afirmó que el derecho de enriquecer uranio es una línea roja que su país no cruzará en las negociaciones con las potencias occidentales y advirtió que no cederá ante cualquier amenaza o sanción en su contra.

"Hemos dicho a las partes negociadoras que no responderemos a ninguna amenaza, sanción, humillación o discriminación (...) Irán no ha inclinado, ni inclinará, la cabeza ante las amenazas de ninguna autoridad", dijo Rohaní durante un discurso en el Majlis (Parlamento).

Calificó de "derecho legítimo" de la República islámica el aspecto nuclear, incluido el enriquecer uranio dentro del suelo iraní en el marco de las regulaciones internacionales, según la agencia de noticias estudiantil de Irán ISNA.

El mandatario iraní aseveró que el mundo debe confiar en la república islámica y el pueblo iraní debe disfrutar de sus "derechos nucleares legales", tras reiterar que su país sólo persigue la tecnología nuclear pacífica.

"Los derechos iraníes y los intereses nacionales son nuestras líneas rojas, incluidos los derechos nucleares según las regulaciones internacionales y el enriquecimiento (de uranio) en territorio iraní", expresó.

Rohaní aclaró que Irán ha actuado de manera racional, prudente y con tacto durante las negociaciones que culminaron la víspera en Ginebra sin acuerdo tras estar cerca de un pacto con el Grupo 5+1 (los cinco países permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania).

Las declaraciones del presidente llegan un día después de terminar tres días de intensas negociaciones con las seis potencias occidentales (Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia), que fijaron una nueva reunión para el 20 de noviembre.

Las conversaciones para limitar el programa nuclear de Irán concluyeron sin un acuerdo ante las objeciones de Francia de que las medidas propuestas carecían del alcance suficiente.

El Grupo 5+1 negociaba aliviar algunas de las sanciones impuestas a Irán -como el embargo a la venta de petróleo y el congelamiento de activos iraníes en el exterior- a cambio de que Teherán suspendiera durante seis meses total o parcialmente las actividades nucleares.