Assange ya es un hombre libre; así fue su llegada a Australia

El fundador de WikiLeaks voló a su país natal tras haberse declarado culpable de publicar secretos militares de Estados Unidos.

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Julian Assange, fundador de WikiLeaks, hace un gesto con los brazos y los pulgares en alto tras aterrizar en la base de las Fuerzas Armadas Australianas en Fairbairn, Canberra, Australia, el 26 de junio de 2024. (AP Foto/Rick Rycroft)
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Julian Assange, fundador de WikiLeaks, llegó a Australia el miércoles a bordo de un avión chárter, levantando el puño en señal de triunfo ante las ovaciones de sus simpatizantes. Su regreso se produjo horas después de declararse culpable de obtener y publicar secretos militares estadounidenses, en un acuerdo con el Departamento de Justicia que pone fin a una prolongada batalla legal.

Desde el aeropuerto de Canberra, la capital australiana, Assange se comunicó con el primer ministro Anthony Albanese, agradeciéndole por la intervención del gobierno australiano en su caso penal, la cual, según Jennifer Robinson, abogada de Assange, le salvó la vida.

A su llegada, Assange fue recibido por su esposa, Stella Assange, y su padre, John Shipton. Sin embargo, evitó hablar con los medios en una conferencia de prensa organizada pocas horas después de su aterrizaje.

“Julian desea agradecer sinceramente a todos. Quería estar aquí, pero necesito entender por lo que ha pasado. Necesita tiempo para recuperarse”, dijo Stella Assange a los reporteros.

Cargos por los que fue acusado

Assange fue acusado de recibir y publicar cientos de millas de cables militares y diplomáticos, revelando irregularidades del ejército estadounidense en Irak y Afganistán.

Su actividad le valió el apoyo de activistas por la libertad de prensa, quienes destacaron su papel en la divulgación de comportamientos militares que podrían haber permanecido ocultos, y advirtieron sobre un efecto amedrentador hacia los periodistas.

Entre los archivos publicados por WikiLeaks, se incluye un vídeo de un ataque de 2007 desde un helicóptero Apache en Bagdad, donde murieron 11 personas, incluidos dos reporteros de Reuters.

El caso penal, que duró varios años, concluyó de manera sorpresiva cuando Assange, de 52 años, se declaró culpable ante un tribunal de distrito estadounidense en Saipán, Islas Marianas del Norte, impidiendo así pisar el territorio continental de Estados Unidos. Albanese describió la conversación telefónica con Assange como cálida y elogió los esfuerzos del gobierno australiano para asegurar su libertad.

La abogada Robinson mencionó que Assange se emocionó durante la llamada telefónica con Albanese. “Julian le agradeció y le dijo que le había salvado la vida. No creo que haya exagerado”, afirmó Robinson.

En sus vuelos, Assange fue acompañado por el embajador de Australia en Estados Unidos, Kevin Rudd, y el alto comisionado en Reino Unido, Stephen Smith, quienes jugaron un papel clave en la negociación de su libertad. El transporte fue facilitado por el gobierno australiano y financiado por el "equipo de Assange", según el viceprimer ministro australiano, Richard Marles.

Aún no está claro cuáles son los planos futuros de Assange ni a dónde se dirigirá desde Canberra. Su esposa y madre de sus dos hijos había estado en Australia esperando su liberación.

Barry Pollack, otro abogado de Assange, espera que su cliente continúe con su campaña. “El trabajo de WikiLeaks comenzará y el señor Assange seguirá siendo una fuerza para la libertad de expresión y la transparencia en el gobierno”, declaró Pollack.

(Con información de AP)

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