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ROMA.- La ola de mal tiempo que desde hace más de una semana afecta a Italia ha causado la muerte de unas 32 personas, además de una hecatombe ecológica en los Alpes, en donde unos 14 millones de árboles fueron abatidos por vientos de más de 120 kilómetros por hora.

De acuerdo a Notimex, esas son las estimaciones de la Confederación de Agricultores (Coldiretti) y de la Federación Forestal (Federforeste) sobre los daños causados por vientos huracanados, intensas lluvias, inundaciones y deslaves en las norteñas regiones de Veneto, Friuli y Trentino-Alto Adige.

En un comunicado, ambas organizaciones advirtieron que ha quedado comprometido el equilibrio ecológico y medio ambiental de vastas zonas montañosas y se ha puesto bajo riesgo la estabilidad hidrogeológica.

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Precisaron que fueron derribados sobre todo abetos blancos y rojos, hayas y que se necesitará al menos un siglo para que los bosques afectados regresen a la normalidad.

Según los expertos, el desastre ecológico afectará a otras variedades vegetales y a una población de mamíferos, reptiles y aves que habitan la zona alpina.

La Coldiretti, en particular, advirtió que la falta de cobertura vegetal en las montañas dejará el campo abierto a deslaves en caso de fuertes lluvias.

Dijo que el desastre fue causado no solamente por las “extraordinarias” ráfagas de viento que se abatieron sobre las montañas, sino también por la incuria y el abandono de los bosques.

Resaltó que el cierre de empresas agrícolas ha causado el avance incontrolado de los bosques, que hoy suman 10.9 millones de hectáreas en todo el país.

La situación más crítica se registraba en la región de Veneto, donde según el gobernador Luca Zaia, “fueron canceladas 100 mil hectáreas de bosques” y ocurrieron “incontables” deslaves que destruyeron carreteras y autopistas.

Venecia, la capital de Veneto, fue afectada por las inundaciones, que causaron graves daños a la milenaria basílica de San Marcos y a otros edificios históricos.

El número de muertos desde hace una semana sumaba hoy 32 personas, incluidos nueve miembros de dos familias que el sábado en la noche perdieron la vida cuando un río desbordado inundó una casa de campo en la localidad de Casteldaccia, en la isla de Sicilia.

El alcalde de ese pueblo, Giovanni Di Giacinto, confirmó que la casa había sido construida ilegalmente en una zona bajo riesgo y que existía una orden de demolición.

Por su parte, Giuseppe Virga, alcalde de la vecina localidad de Altavilla denunció que hay “decenas” de casas construidas ilegalmente en lechos secos de ríos.