Un trágico naufragio frente a la costa de Sfax, en Túnez, dejó esta semana al menos 20 migrantes fallecidos. Este punto del Mediterráneo se ha convertido en uno de los principales lugares de partida para quienes buscan llegar a Europa en embarcaciones precarias.

El bote, que había zarpado desde la ciudad costera de Cheba, en la gobernación de Mahdia, se hundió a unos 24 kilómetros de la costa mientras se dirigía a Italia. 

Hasta el momento, se reporta que las autoridades marítimas tunecinas lograron rescatar con vida a cinco personas.

Las operaciones de búsqueda y rescate continúan, en un esfuerzo por localizar a los migrantes subsaharianos desaparecidos, según informó la agencia estatal TAP.

En los últimos años, Túnez ha emergido como un punto clave de salida para migrantes tunecinos y de otros países del África subsahariana que intentan cruzar el Mediterráneo en busca de una vida mejor en Europa. 

Lamentablemente, no es la primera vez que personas que dejan sus hogares en búsqueda de una mejor calidad de vida mueren o resultan heridos en el camino. 

Ayer, en pleno Día Internacional del Migrante, decenas de viajeros que intentaban cruzar de manera irregular la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, fueron atacados por las autoridades estadounidenses.

Varios testigos dieron a conocer que elementos de la Guardia Nacional de Texas dispersaron a los migrantes con balas de gas pimienta, generando tensión en la zona. Por fortuna, entre tanto caos y desesperación, no se reportaron heridos.

Ante una fecha de tanto peso para los migrantes, autoridades estadounidenses, como el Departamento de Seguridad Pública y la Guardia Nacional de Texas reforzaron la seguridad en el área.

Mientras que por parte de las autoridades mexicanas, el Instituto Nacional de Migración (INM) realizó recorridos por el área invitando a los migrantes a acercarse a los albergues para recibir ayuda.

Con información de Reforma