La industria textil: el nuevo disfraz de la esclavitud

Las marcas se hacen ‘famosas’ gracias a la ‘explotación’ de los derechos humanos y laborales.

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Organizaciones protectoras de los derechos emprenden denuncias contra los altos monopolios pero la mayoría de veces quedan en el olvido. (Foto: Contexto/Internet).
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Redacción SIPSE/Agencias
CANCÚN, Q. Roo.- La industria textil es un negocio que prefiere ‘esconderse’ e instalarse en los países de ‘bajo mundo’ para no ser descubiertos en cuestión laboral. Horas y horas son las que las personas ‘empleadas’ por ellos trabajan en condiciones inhumanas y en el peor de los casos, lo hacen en contra de su voluntad, ya que no existe un régimen de horarios que se respeten. 

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¿Negocio para quién?

De acuerdo con el portal  El Espectador, las marcas más famosas de ropa en el mercado son quienes se ven más beneficiadas en este entorno, ‘emporios’ como H&M, Grupo Inditex, Mango y muchas más se dedican a la búsqueda de proveedores que les permitan obtener una mayor rentabilidad, una producción a bajo costo en donde las personas que se encargan de hacer ‘la mejor ropa del mundo’ trabajen en condiciones inaceptables y con salarios denigrantes, todo para que ellos vendan esos productos por un precio elevado y así les resulte el gran negocio.

Al subcontratar en estos países, las grandes empresas no asumen ningún riesgo y se llevan todos los beneficios. Por el contrario, en los talleres textiles de estos países los trabajadores, sobre todo mujeres y niñas, viven en condiciones parecidas a la esclavitud: jornadas laborales de 12 horas y un salario mensual de unos 78 euros es lo que ganan en países como India o Bangladesh. 

¿Qué países son los que más contribuyen en esta práctica?

La explotación laboral es fruto de un sistema capitalista que premia por encima de todo la producción en masa. La demanda cada vez mayor de las tiendas de Europa y Estados Unidos hace que los proveedores de los países más desfavorecidos aumenten su producción hasta límites insospechados. Esto repercute en los trabajadores de las fábricas con un empobrecimiento de sus condiciones laborales.

Los salarios…

Foto: Contexto/Internet.

Los salarios difieren pero pocas veces superan los cien euros al mes. Un ejemplo de esto son los empleados del Plaza Rana que trabajaban fabricando productos para compañías como Primark cobraban unos 28 euros al mes. En India, un informe del Centre for Research on Multinational Corporations documentaba hace unos años cómo niñas y adolescentes trabajaban sin contrato más de 72 horas a la semana con un salario de 0,88 euros al día. Para colmo, sólo podrían disponer del dinero ganado una vez transcurridos entre tres y cinco años y lo emplearían en la dote matrimonial. Entre las firmas involucradas en este escándalo se encontraban: Inditex, El Corte Inglés, Cortefiel, Primark, Tommy Hilfiger, Timberland, H&M, Marks&Spencer, Diesel, Gap y C&A. 

Los sitios y condiciones de trabajo…

Foto: Contexto/Internet.

Las habitaciones en las que se trabaja son pequeñas, mal iluminadas; no tienen ventilación, en ellas se respira polvo y partículas en suspensión que dañan lentamente los pulmones, además, las largas horas de trabajo se acompañan de posturas poco saludables; y los empleados sufren fatiga visual, lesiones musculares y desarrollan numerosas enfermedades. 

La presión lleva, en algunos extremos, a algunos patrones a limitar las visitas al baño y las pausas para beber agua o para alimentarse en aras de cumplir los objetivos de producción marcados. 

De igual forman suelen realizar contratos de corta duración con el objetivo de forzar al máximo a sus empleados, renunciar a pagar bajas por maternidad o por enfermedad o cualquier otra compensación laboral y chantajear a sus empleados con recurrentes amenazas de despido. 

Trabajar para morir…

 Derrumbe Fábrica texil en Bangladesh. Foto: Contexto/Internet.

En 2013, 243 personas resultaron muertas en una fabrica textil de Bangladesh. El derrumbe de un edificio conocido como Rana Plaza provocó que únicamente 24 personas pudieran salir con vida de ahí. Se trataba de un complejo de ocho plantas y que acogía varios talleres textiles. 

En diversas ocasiones los mismos empleados han buscado la forma de comunicarle este tipo de explotaciones al mundo.

Un día antes de la catástrofe las autoridades acusaron a los propietarios de las fábricas de ignorar las grietas que aparecieron en el edificio el martes, un día antes de la catástrofe. Algunos de los heridos en el accidente acusaron a los responsables de las fábricas de obligarles a trabajar. "Ninguno de nosotros quería entrar al edificio, pero nuestros jefes nos forzaron", ha dicho Nurul Islam, uno de los trabajadores heridos, al portal de noticias Bdnews24.com. 

“Obligados a trabajar durante horas agotadoras” fue el mensaje que una joven de Gales encontró cosido y escrito a mano en un vestido de la cadena Primark.

Mensaje de auxilio escrito en una etiqueta de ropa. Foto: Contexto/Internet).

Sin duda es un negocio que enriquece a muchos mientras acaba con otros, existen diversas organizaciones que luchan por los derechos de estas personas, ya que las necesidad las lleva a ese tipo de ‘empleos’ en los que tienen que aguantar todo para conseguir casi nada; el resultado de querer defenderlos es casi nulo e ignorado pues a las altos consorcios no les interesa más que su bolsillo.

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