Agencias
EL CAIRO, Egipto.- Seis militares perdieron hoy la vida en un ataque de hombres armados a un puesto de control en el noreste de El Cairo, en el segundo ataque contra el Ejército esta semana en la capital, donde hasta ahora sólo se había atentado contra policías.

Los agresores, miembros de los Hermanos Musulmanes según el portavoz de las Fuerzas Armadas, Ahmed Ali, dispararon contra las víctimas en la zona de Manfet Mustarad, al inicio de la carretera que comunica El Cairo con la ciudad de Ismailía.

El atentado se produce enmedio de una crisis política y las próximas elecciones. ya que el gobierno es interino desde que Mohamed Mursi fue derrocado en 2013.

A las 05.00 hora local (03.00 GMT), poco después del rezo musulmán de la madrugada, los atacantes asaltaron el citado puesto de control de la Policía Militar y colocaron dos explosivos en sus alrededores con el objetivo de causar más pérdidas humanas.

Este ataque se produce tan sólo dos días después de que un oficial del Ejército muriera y tres soldados resultaran heridos en otro ataque de hombres armados contra un autobús militar en el este de El Cairo.

Las autoridades egipcias acusaron también de ese acto a la Hermandad, declarada organización terrorista por el gobierno interino de Egipto en diciembre pasado, que negó tener alguna relación con el mismo.

Condena 

En esa línea, la Coalición para la Defensa de la Legitimidad, que apoya al depuesto presidente egipcio, el islamista Mohamed Mursi (derrocado por un golpe de Estado militar el 3 de julio de 2013) y está integrada por los Hermanos, condenó hoy "la emboscada tendida por unos desconocidos".

Es un hecho "extraño en las calles egipcias, que no representa las costumbres de respeto por el otro y por la nación, y la tradición de criminalizar el derramamiento de sangre", aseguró la alianza en un comunicado.

Además, denunció la rapidez con la que el portavoz militar acusó a los Hermanos de la autoría del atentado, en lugar de "esperar a las investigaciones, lo que plantea dudas sobre el ataque y la posibilidad de que sea un juego sucio y prefabricado".

Los islamistas acusaron a "las autoridades golpistas", en referencia al gobierno actual de Egipto, de cometer "actos terroristas diarios contra civiles y manifestantes pacíficos en un intento de agrandar el conflicto y llevar al país al caos".

Al respecto, aseguraron que el golpe de Estado del pasado 3 de julio en el que fue destituido Mursi, fue un "acto de terrorismo", y sus autores "los únicos terroristas".

Las autoridades han responsabilizado con frecuencia a la cofradía de los 
ataques y atentados de los últimos meses, pero los islamistas siempre se han desvinculado de estos actos.

De momento, ningún grupo ha reivindicado la autoría del ataque de hoy contra la Policía Militar.

Yihadistas, responsables

El grupo yihadista Ansar Beit al Maqdis (Seguidores de la Casa de Jerusalén), ha asumido la responsabilidad de la mayoría de los ataques y asesinatos selectivos que han tenido lugar en los últimos meses, como el derribo de un helicóptero militar en el Sinaí.

La mayoría de los atentados han estado dirigidos contra la policía, especialmente en la capital cairota, por lo que los ataques de esta semana contra las fuerzas armadas suponen una escalada en las acciones.

Tras el ataque de hoy, el primer ministro egipcio, Ibrahim Mehlab, prometió que "el Estado va a hacer todos los esfuerzos necesarios para llevar ante la justicia a los responsables".

Advirtió, en declaraciones difundidas por la agencia oficial Mena, de que su intención es "amputar la mano del terrorismo que manipula y pone en peligro la seguridad de Egipto".

Mehleb hizo hincapié, además, en su determinación de avanzar en la hoja de ruta de la etapa transitoria para hacer frente a este tipo de "ataques traidores".

Por su parte, el portavoz de la Presidencia, Ehab Badaui, condenó el "violento atentado terrorista contra los que buscan proteger el país", y advirtió de que sus autores tienen el objetivo de "interrumpir el camino de Egipto hacia la democracia pacífica".

Sin embargo, aseguró que no conseguirán su objetivo porque estos atentados "sólo refuerzan la determinación del pueblo en el rechazo del extremismo y la violencia".

Desde el derrocamiento de Mursi, las autoridades han declarado la guerra contra el terrorismo y perseguido a los Hermanos Musulmanes, así como a opositores, activistas y periodistas, entre otros.

Como respuesta, también han aumentado los ataques contra la policía y el ejército en todo el país, que se han cobrado la vida de decenas de miembros de las fuerzas de seguridad, así como de civiles.