Agencias
FORT BRAGG, Carolina del Norte.- Después de los ataques del 11 de septiembre, decenas de miles de jóvenes, hombres y mujeres, se unieron a las filas militares y fueron enviados a las escarpadas montañas de Afganistán y los áridos desiertos de Irak.

Muchos de ellos son oficiales en el ejército con múltiples despliegues en combate en su foja de servicio. Pero ahora que las guerras comienzan a apagarse y los presupuestos del Pentágono se reducen, a muchos de ellos se les ha invitado a dejar el servicio, de acuerdo con AP.

En conversaciones veladas tanto en Fort Bragg en Carolina del Norte como Fort Eustis en Virginia, los capitanes hablan sobre las nuevas preocupaciones después de emplazamientos de 15 meses durante los cuales se enfrentaron a insurgentes y fueron testigos de explosiones a ras de camino que mataron o mutilaron a sus compañeros. 

Esperan nerviosamente mientras su destino está en las manos de juntas de evaluación que quizá solo lean sus fojas de servicio unos cuantos minutos antes de tomar decisiones que pueden poner fin a sus carreras.

Campaña en riesgo

Durante los peores años de las guerras, el ejército llegó a tener 570,000 efectivos, ya que los comandantes se esforzaban para formar brigadas de combate y unidades de respaldo para combatir en Irak y en Afganistán. Miles de nuevos reclutas se enrolaron durante el período de 2006-2008.

Tras haberse reducido hasta unos 522,000, las filas del Ejército tienen que descender a 490,000 para octubre del 2015, y a 450,000 dos años después. 

Si se renuevan los recortes automáticos al presupuesto, el Ejército deberá reducirse a 420,000, un número que los líderes del servicio afirman no los permitiría librar siquiera una importante campaña militar prolongada.

Aunque gran parte de la reducción procede de retiros voluntarios, renuncias y reducción de reclutamiento, los comandantes del Ejército tendrán que obligar a unos 3,000 oficiales, casi un 10% de la merma prevista, a que salgan para fines de octubre del 2015. De esos, casi 1,500 son capitanes y 550 son mayores.

Sin beneficios

Detrás de esas considerables cifras hay soldados a punto de llegar a los 30 años que serán obligados a cesar sus carreras militares antes de llegar a una edad de retiro e incorporarse al difícil mercado laboral estadounidense. 

Saldrán de baja honorable, pero sin haber cumplido 20 años en el servicio no tendrán derecho a los beneficios de retiro.

El capitán Fred Janoe, comandante de batería de la 18va Brigada en Fort Bragg, dijo que el proceso podría crear una desmoralización a corto plazo pero será positivo a largo plazo.

"Te quedas con tus mejores elementos y, como organización, puedes hacer más con menos", dijo Janoe.