El llamado "Acuerdo del Siglo" de Trump está destinado al fracaso
Afirman críticos que busca impulsar las reelecciones de los presidentes de Israel y EEUU.
Por Jorge Esqueda
Washington.- El esperado "Acuerdo del Siglo", elaborado por el yerno del presidente Donald Trump, Jared Kushner, y con la pretensión de resolver un problema de décadas, nació hoy sin la bendición de uno de sus dos beneficiarios y sin perspectivas reales de eficacia.
El documento fue anunciado poco después del inicio de la actual administración estadounidense y tres años después fue presentado este martes en la Casa Blanca por el propio Trump, acompañado del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pero sin representantes del otro actor: los palestinos.
Por lo pronto, las reacciones iniciales ayudan a ubicar a cada parte. Para la Unión Europea el documento ayuda a "relanzar los esfuerzos" en busca de solución, pero demanda un "compromiso genuino con la solución de dos Estados", es decir, una negociación más.
Para Naciones Unidas se deben respetar las fronteras establecidas en 1967, lo que descarta la nueva geografía que postula el documento, aunque Egipto apoya que se analice.
Se trata de una declaración importante la de El Cairo, dado el peso específico de este país en la zona y su papel como sede e intermediador de varias treguas en momentos álgidos regionales.
En contraste, el gabinete del gobierno de Netanyahu decidió ya que el próximo domingo votará la aplicación de la soberanía israelí sobre asentamientos judíos erigidos en tierra hasta ahora palestina, es decir, comienza a concretar lo que supuestamente debería ser negociado.
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Esa diferencia entre la concesión de hechos a Israel, mientras se le posponen y condicionan a una negociación a Palestina, es lo que hizo al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abás, llamar "conspiración" al Acuerdo del Siglo, y rechazarloa pocos minutos de conocerlo.
"Nuestros derechos no están en venta", declaró Abás, quizá en referencia a la oferta estadounidense de destinar 50 mil millones de dólares a la maltrecha economía palestina si se acepta el acuerdo y se negocia, aunque con un límite de cuatro años.
El documento presentado en Washington reitera que para Estados Unidos la capital israelí es Jerusalén indivisible, como ya lo había proclamado de manera unilateral con anterioridad, aunque acepta que la sección Este de la llamada Ciudad Santa sea del futuro Estado Palestino, una declaración que merecería explicación.
A cambio de la aplicación de la soberanía israelí sobre los asentamientos erigidos en suelo palestino, Trump establece que el terriotrio palestino "se duplicará con creces", aunque sin que sea claro en qué zona. De hecho, el mapa que subió a su cuenta de Twiter no muestra los incrementos territoriales de la nación árabe, aunque sí el acceso para la misma a los puertos israelíes de Haifa y Ashdod.
El Acuerdo del Siglo reconoce la misión ya establecida al rey de Jordania como guardián de los sitios sagrados islámicos, específicamente la zona de al-Haram al-Sharif, en Jerusalén, que los judíos llaman Monte del Templo, lo que parece enviar un mensaje, débil, al mundo islámico.
También apoya la estrategia de Netanyahu de seguir controlando el occidental valle del Jordán, que limita con Jordania y que parece una especie de colchón de amortiguamiento hacia ese país árabe e islámico.
Una primera impresión parece apuntar a que la consumación de situaciones de hecho no podría prosperar y mantendría la situación actual con riesgo de violencia ante cualquier movimiento descuidado de cualquiera de los implicados.
Pero también que, a corto plazo, sí ayudaría a la victoria electoral de Netanyahu en los próximos comicios, amén de los tres cargos judiciales que enfrenta, y desde luego, así como a la reelección de Trump el próximo noviembre.