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Con frecuencia advertimos a nuestros hijos: no lleguen tarde. No vayan a tal o cual lugar. Avisen cuando lleguen. Si necesitan algo llámennos. Son las recomendaciones cotidianas cuando salen de casa, ya sea para ir a la escuela, al trabajo o a divertirse con los amigos, principalmente por esto último. Nadie nos critica por ello… sólo nuestros vástagos, que piensa que exageramos, que no pasa nada. Algo así sucede con las “alertas de viaje” que –ahora con más frecuencia– emite Estados Unidos para sus ciudadanos, para que eviten visitar equis Estado o ciudad, donde advierten riesgos a su integridad física.

Esta semana lanzaron una más, focalizada a lugares y situaciones específicas. El destinatario es Quintana Roo y las autoridades del vecino país del norte recomiendan a sus turistas incrementar sus medidas de precaución en las zonas céntricas más populares de Cancún, Playa del Carmen y Tulum, especialmente por las noches, haciendo referencia a casos de violaciones, homicidios y venta de alcohol adulterado (¿algo nuevo?). Y todo esto cuando está por iniciar la emporada de “spring breakers”que, aunque de algunos años a la fecha ha decaído un poco, representa buenos ingresos para la Riviera Maya.

A principios de este mes, el Consulado General de Estados Unidos también recordó a sus conciudadanos que Tamaulipas está clasificado como “Nivel 4: No viajar” en el aviso del Departamento de Estado. Ahí se han registrado tiroteos, enfrentamientos entre grupos de la delincuencia y hasta el asesinato de dos norteamericanos en Matamoros; además del homicidio de cinco jóvenes en Nuevo Laredo. Sin embargo, el Gobierno Federal considera que nuestro país “es más seguro que Estados Unidos”, que “la gente lo sabe”, que es una “campaña contra México”.

El Gobierno de EU opina lo contrario, y debe preocupar a las autoridades, federales y estatales, para procurar una mejor seguridad a su gente y a los visitantes, para desactivar esas alertas que tanto afectan al turismo y a la economía en general, porque impacta a toda la cadena de valor de este sector. En Quintana Roo, el turismo estadunidense representa 37% de las llegadas y es el primer mercado emisor de visitantes hacia el Caribe Mexicano (Novedades de Quintana Roo https://bit.ly/3ZVmJ32), de ahí que los empresarios se hayan manifestado en contra de esas advertencias. Sólo dos entidades de México, Yucatán y Campeche, serían seguras para viajar, de acuerdo con la lista de riesgo extendido y riesgos comunes para viajeros de Estados Unidos.

Hace casi cinco años visité Guanajuato, donde lo primero que nos comentaron los “turisteros” fue que había poca policía porque era un lugar muy seguro hasta para salir de noche a las callejoneadas, que ellos trataban de conservarlo así al brindar una buena atención al turismo, conscientes de que era su principal fuente de ingresos. Más que descalificar las alertas, las autoridades deberían aplicarse en garantizar entornos más seguros a sus visitantes para desactivar esas advertencias de riesgo, porque EU no lo hará mientras siga considerando peligro para sus conciudadanos. Es como con nuestros hijos, seguiremos con nuestras recomendaciones, aunque las consideren exageradas.

Alerta “1”

Desafortunada declaración

Respecto al fallecimiento de cinco jóvenes en Nuevo Laredo, Tamaulipas, a manos del Ejército, el pasado 26 de febrero, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, afirmó el pasado miércoles:“Esperemos que venga la conclusión de la investigación de la CNDH para dar cuenta de qué es lo que pasó, que evidentemente hay elementos para acreditar que los jóvenes no iban armados y que no había enfrentamiento“. Esto declaró al salir de un encuentro en la Cámara de Diputados. “Toda vez que no se trató de un enfrentamiento con los jóvenes, independientemente de quiénes eran, fueron ejecutados”, indicó el funcionario, quien pidió también investigar a la cadena de mando.

Desafortunadas las declaraciones de Encinas, que prácticamente condena a los cuatro soldados, actualmente sujetos a proceso por esos lamentables hechos, y echó por tierra las declaraciones que por la mañana de ese día hizo el presidente López Obrador al señalar a las familias de los militares (al comentar la marcha del domingo 12 de marzo) “que tengan confianza, que si sus familiares no cometieron ningún delito, van a ser atendidos y escuchados, y si están en la cárcel, serán liberados si son inocentes”. Pero lo dicho por Alejandro Encinas, inclina la balanza hacia un lado poco favorable a los soldados.

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