Se cumplen 18 años del devastador paso del huracán 'Isidoro' por Yucatán
El 22 de septiembre del 2002 el huracán Isidoro golpeó con fuerza a Yucatán, dejando daños pocas veces vistos.
MÉRIDA.- El huracán “Isidoro” azotó Yucatán la tarde del 22 de septiembre de 2002, 14 años después del paso del huracán “Gilberto”, y aunque tuvo menor intensidad que éste, dejó fuertes daños materiales, inundaciones y un auténtico caos entre la población.
“Isidoro” se formó en el Océano Atlántico el 14 de septiembre de ese año como depresión tropical, evolucionó a tormenta y posteriormente a huracán, y por su trayectoria se mantuvo la alerta en Yucatán, tomándose las prevenciones correspondientes incluyendo la instalación de albergues.
La mañana del 22 de septiembre de ese año ya se dejaban sentir los primeros efectos de “Isidoro”, como cielo nublado, lloviznas y rachas de aire, y fue a eso de las 17:00 horas cuando entró por Telchac Puerto, con vientos de hasta 225 kilómetros por hora, y para ese momento ya se había evacuado a miles de personas de municipios de la costa y del sur del estado, y al menos en la costa el agua ingresó varios metros desde la playa, y se registraron olas de hasta 4 metros de altura.
Impacto de Isidoro en municipios de Yucatán
En los municipios y en la capital yucateca, se vinieron abajo árboles e incluso construcciones cedieron ante la cantidad de agua registrada y los fuertes vientos, incluyéndose paredes de precios y muros de mampostería y bloques, y finalmente, el reporte fue de al menos 500 mil personas damnificadas en todo el estado, y arriba de 15 mil domicilios con daños estructurales, de lo cual tomaron conocimiento las autoridades correspondientes para evaluar el riesgo de la población.
“Isidoro” permaneció aproximadamente 14 horas sobre la Península de Yucatán, y dejó al estado sin agua y sin energía eléctrica incluso hasta por dos semanas en algunos sectores, servicios que fueron restableciéndose poco a poco, y trayendo a la memoria de las personas el amargo recuerdo que todavía se mantenía en la mente por el paso de “Gilberto”.