MÉRIDA, Yuc.- Yucatán ha tenido cambios climáticos importantes que han tenido un fuerte impacto en la apicultura, afirmó la investigadora Aurora Xolalpa Aroche.

La científica detalló que los efectos climáticos naturales como los huracanes han afectado en gran manera la actividad apícola yucateca, particularmente la tormenta “Cristóbal”, la cual causó severos daños al sector. 

Mencionó que Yucatán fue el Estado de la Península con mayor pérdida de colonias debido a este fenómeno, pues impactó el inicio de las cosechas y el tiempo de floración de las plantas, de las que las abejas extraen miel, por lo cual, la situación de las abejas y los apicultores aún no se regulariza. 

(Foto: contexto internet)

Xolalpa Aroche comentó que, a través de la Universidad Intercultural Maya, se realizó un mapeo de ubicación de los apicultores y las regiones donde se desarrollan, el cual arrojó que muchas de estas zonas han cambiado el uso del suelo haciéndose agrícolas, lo cual genera un cambio en el hábitat de estos insectos y, por ende, el detrimento de esta especie. 

Fertilidad del suelo

“Vemos daños muy graves, con un impacto profundo a la fertilidad de los suelos, aunado a que en muchas regiones aún no se ha marchado el agua que quedó de los fenómenos meteorológicos”, precisó. 

Señaló que el panorama para el desarrollo de las abejas es difícil en el Estado, en términos de pérdida del ecosistema y del uso que se le da a la tierra.

La investigadora precisó que han trabajado de manera conjunta con diversos productores y organizaciones en el Estado, con los que suman esfuerzos por la conservación del ecosistema.

(Foto: contexto internet)

“Tenemos varias agrupaciones que están en el centro, norte y sur de Yucatán, una de ellas es la ‘Alianza Maya por las Abejas de la Península de Yucatán’ (Kaab Na´alon), que integra alrededor de 25 mil apicultoras y apicultores de la región y a muchas cooperativas de producción rural”, manifestó Aurora Xolalpa. 

Hizo un llamado a las autoridades de la Península de Yucatán, en general, para que tomen acciones expeditas para poder salvar las abejas. 

Se estima que tan sólo en 2020, más de 326 colonias de abejas murieron en Yucatán y Quintana Roo por causas ligadas a fumigaciones aéreas. 

Indicó que la zona de afectación fuerte en el aspecto del cambio de uso de suelo en el Estado, se encuentra en el área ganadera de Tizimín, donde estas agrupaciones trabajan en el impacto que generan las producciones de corte pecuario e incluso la contaminación de cenotes, situaciones que afectan el desarrollo de las abejas. 

“Hay un ejercicio que los científicos tenemos que hacer en conjunto con las comunidades para conservar el ecosistema, la forma de vida natural de las comunidades y, sobre todo, en cómo tener un procesos más digno y transparente de la comercialización de este importante producto”, finalizó.

Aurora es responsable del Centro de Innovación para el Desarrollo Apícola Sustentable de la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo, donde realizan trabajos valiosos con la comunidad apícola yucateca. 

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