Pesar en la Iglesia yucateca por la muerte del padre Laviada
Los restos de quien fuera rector del Seminario Mayor serán depositados en el Mausoleo del Clero en el Cementerio General.
Martha Chan/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Gran pesar causó en la Arquidiócesis de Yucatán la muerte del rector del Seminario Conciliar de Nuestra Señora del Rosario y de San Felipe de Jesús, presbítero Jorge Antonio Laviada Molina.
En horas de la tarde, el presbítero sufrió un infarto agudo al miocardio cuando se encontraba jugando futbol con varios seminaristas. Por la mañana participó en la misa por el 40 aniversario de ordenación sacerdotal de Monseñor Joaquín Vázquez Ávila, vicario general, y del Pbro. Fernando Zapata Vázquez, en la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Itzimná.
El sacerdote, quien iba a cumplir 49 años el próximo 2 de septiembre, convivió con el clero yucateco, almorzó con los festejados y se retiró al Seminario Mayor, atendió unos asuntos, descansó. Luego, acudió a jugar cuando sufrió el infarto.
Anoche a las 22 horas se realizó una misa de cuerpo presente en el Seminario Mayor, que estuvo presidida por el Arzobispo de Yucatán, Monseñor Emilio Carlos Berlie Beluanzarán. Hoy a las 11 horas se oficiará una misa en la capilla de Nuestra Señora del Líbano, y a las 13 horas la eucaristía de despedida será en la capilla del Seminario Menor, San Felipe de Jesús, de donde será trasladado al Mausoleo del Clero en el Cementerio General.
Gran hermano
Tras la sorpresiva muerte del sacerdote, las muestras de tristeza, cariño, admiración y respeto hacía el padre Laviada se volcaron a través de las redes social, desde políticos hasta sus feligreses. Incluso el Arzobispo Jorge Patrón Wong desde el Vaticano tuiteó: “Un gran hermano, un gran amigo sacerdote. Jorge nos harás mucha falta. Desde el cielo contamos contigo”.
En entrevista con Milenio Novedades Patrón Wong, dijo que el padre Jorge Laviada fue un compañero de vida y misión sacerdotal.
Laviada Molina ingresó al Seminario el 31 de agosto de 1984, recibió el Orden del Diaconado en la capital yucateca el 11 de junio de 1992, de manos de S.E. Mons. Manuel Castro Ruiz, Arzobispo de Yucatán, y el Presbiterado el 3 de diciembre del mismo año, junto con los padres Roger Castilla Segura y César Segovia Hoil.
Desde el 2012 asumió la presidencia de la Organización de Seminarios Mexicanos (Osmex). Fue hijo del matrimonio Eduardo Laviada Arrigunaga y Noemí Molina Duarte, ambos fallecidos.
Durante años fungió como formador del Seminario; fue miembro del área de estudios de la Comisión del Clero, coordinador de diversos cursos y simposios teológicos, consejero fundador de “Impulso Universitario, A.C.”, un organismo que promueve becas para jóvenes cristianos con dificultades económicas y capacidad de liderazgo.
También fundador y asesor del Centro de Estudios de Teología a Distancia de la Arquidiócesis de Yucatán para Seglares, y encargado de la formación permanente de los sacerdotes de cero a cinco años de la Arquidiócesis. Estudió en Roma la Licenciatura en Teología, fue vicario en Tizimín y era colaborador de la Universidad Marista.
Totalmente involucrado
Le sobreviven sus hermanos, Hugo, Isolina, Noemí, Eduardo, Alejandrina y Graciela y hermanos políticos.
La semana pasada ante el Arzobispo Berlie Belaunzarán, el padre Laviada Molina ordenó a tres nuevos sacerdotes, igualmente organizó lo que fue su última verbena del Seminario Conciliar de Yucatán.
El rector del Seminario se involucró al 100 por ciento por la formación de los seminaristas, a quienes siempre les decía que busquen su verdadera vocación para que respondan con libertad y alegría al llamado que comienzan a experimentar.