Martín González/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En pleno Domingo de Resurreción, una reunión familiar tuvo como invitada a la muerte: al calor de las copas, en una riña entre cuñados, uno de ellos murió.

Después del suceso, en un hecho poco común, el responsable se fue al templo a pedirle perdón a Dios.

Los familiares estaban ingiriendo bebidas embriagantes, cerca de las 19:00 horas, en una casa de la colonia Plan de Ayala Sur, cuando José B. K. discutió con su esposa; se metió al pleito el hermano de la mujer (cuñado de José), Marcos T. C. y el pleito "creció".

Vecinos contaron que escucharon gritos y alboroto dentro de la casa, pero no imaginaron que el pleito era a muerte.

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Tras el intercambio de golpes e insultos, José le clavó un cuchillo (unos dijeron que era un pedazo de metal) y se lo clavó a Marcos.

En medio de la confusión y el llanto, José salió de la casa y desapareció. Cuando la policía lo detuvo, afuera del templo cercano a la casa, se supo que había ido a pedirle a Dios perdón por haber agredido a su cuñado.