YUCATÁN.- La destrucción de los matorrales de duna costera y el mangle fortalecen los efectos destructivos de los vientos y las olas cuando las tormentas o huracanes entran a las costas, es por eso que en los últimos años estos fenómenos naturales han afectado de forma importante el Caribe, comentó Fernando Tun Dzul, responsable del laboratorio SIG de la Unidad de Recursos Naturales del Centro de investigación Científica de Yucatán A.C. (CICY).

El técnico de investigación del CICY habló de la importancia de los recursos naturales para amortiguar los efectos de los huracanes, particularmente en la línea de costa, que es la primera en sufrir los embates de los vientos; dijo que es prioritario conservar la zona de pioneras y el matorral de duna costera (vegetación que ayuda a fijar la arena y evitar que exista movimiento a causa de vientos y mareas).

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El papel de los arrecifes y el manglar es también aminoran los efectos de los vientos y oleaje durante las tormentas y huracanes. Cuando estos elementos naturales sufren un daño por este tipo de fenómenos se recuperan de forma natural con el paso del tiempo, a diferencia de lo que ocurre cuando son destruidos por la acción humana, donde los daños son casi irreversibles.

 “Siempre que se construye en la línea de costa, se está vulnerando la parte interna de la tierra y el impacto ya no es en el manglar sino en zonas más bajas, zonas de selva baja o mediana que también se han disminuido por el uso de las comunidades en actividades agrícolas, que tampoco ayudan a mitigar los huracanes”, expuso.

Tun Dzul habló también del caso del Puerto de Progreso, donde se aprecia la disminución de playa, debido a la erosión de la arena, incluso considera que en algunas zonas ya se puede ver la cimentación de las casas que están a la orilla de la playa; “esto pasa cuando no se respeta la línea de costa y se construye sobre la duna costera, por lo que la arena ya no se fija”.