La depresión aumento entre los yucatecos a causa de la pandemia. 

Derivado del severo impacto a la salud mental de la pandemia del Covid-19, que reiteradamente han advertido especialistas, los casos de depresión en Yucatán presentan este año hasta el corte del 13 de diciembre, un incremento del 67% con respecto a 2020 al acumular mil 478 personas diagnosticadas con este trastorno mental. El año pasado al mismo corte se tenían 884 casos.

Destacan que del total de casos registrados por la Secretaría de Salud este año, el 74.2% que son mil 98 corresponde al sexo femenino. De acuerdo con los reportes, la cifra alcanzada al corte de la semana epidemiológica 48 ya supera en 49.7% los 987 casos (233 hombres y 754 mujeres) con los que concluyó 2020, año en que este trastorno también se dio en 7 de cada 10 casos, en personas del sexo femenino.

En cuanto a los otros dos estados de la Península de Yucatán, Campeche acumula 888 casos (278 hombres y 610 mujeres) para un incremento de 18.7%. Quintana Roo por su parte tiene el reporte de mil 240 casos (276 hombres y 964 mujeres), 12% más que en 2020. En el caso de Campeche, el 68.7% de los casos de depresión detectados son mujeres (610). En Quintana Roo los 964 casos confirmados en mujeres son el 77.7% del total.

La Península de Yucatán concentra 3 mil 606 casos de depresión, lo que representa el 3.74% del total nacional que es de 96 mil 375 casos (25 mil 465 hombres y 70 mil 910 mujeres).

Efectos de la pandemia en la salud 

Especialistas señalan que  la pandemia de COVID-19  trajo consigo efectos negativos en la salud mental de los pacientes, sobre todo aquellos que viven con Enfermedades No Transmisibles (ENT) como diabetes, enfermedades respiratorias, cardiovasculares, trastornos mentales o cáncer cuyos tratamientos tuvieron que verse pausados por la situación sanitaria.

La Dra. Chi Lem, Directora Médica de Viatris México mencionó en entrevista que la encuesta publicada en el Journal of Patient Experience, muestra que los pacientes con enfermedades no transmisibles se vieron profundamente afectados en su estilo de vida y su conducta tras la búsqueda por mejorar su salud; considerando que, dependiendo del padecimiento, el contagio de COVID-19 podría empeorar la condición del enfermo o se podría llegar a desarrollar un nuevo evento de gravedad.

“Es importante tener en cuenta que los principales proveedores de atención médica, los médicos, se encuentran en la primera línea de la lucha contra la pandemia; es importante resaltar que tienen una mayor carga de trabajo, por lo que muchos han tenido que lidiar con episodios de ansiedad y depresión”, comentó la experta. 

De acuerdo al informe antes mencionado, el miedo a la COVID-19 también ha afectado negativamente el bienestar emocional de los pacientes; debido a que el 16% de las personas entrevistadas informaron haber visitado a un profesional de la salud o solicitar asistencia de forma remota durante la pandemia; menos del 10% había estado en un hospital para controlar su enfermedad y más del 70.9% de los encuestados aseguró sentirse muy preocupado por contraer COVID-19 mientras recibían atención médica o esperaban dentro del centro de salud  por tiempos prolongados.

 “En la actualidad, las enfermedades mentales son un problema de salud pública severa, ya que afectan nuestro humor y comportamiento, la capacidad de relacionarnos con otros y la manera en la que funcionamos en la vida, teniendo consecuencias físicas en nuestro organismo por lo tanto, ante cualquier signo deberá buscarse ayuda profesional”, finalizó la doctora Chi Lem.

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