Piñatas dejan atrás a 'viejos', pero ventas siguen bajas
Mercados de la capital yucateca registran baja afluencia, y con ello, escasa venta.
Katia Leyva/ Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- En el Estado y gran parte del país, las piñatas suplantaron la venta de “viejos” que representan al año que se despide. En la última semana la entidad registró un incremento de hasta 100 pesos, en el precio de este producto, en comparación a la temporada “baja”, cuya inversión es aproximadamente de 250 pesos.
El costo de las piñatas dejó atrás los 80 pesos que contemplaban las familias hasta 2016, ahora su precio oscila entre 200 y 500 pesos, dependiendo el tamaño, diseño y el lugar donde se adquiera, de acuerdo con comercios de la capital yucateca.
Debido a la alza de precios, comerciantes temen a que “no se puedan vender como años pasados, estamos en la última recta del movimiento de las piñatas, aunque es poco el producto que se ha vendido, a veces las personas se frenan un poco por el precio”, dijo Juan José Cerino, vendedor.
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El aumento se debe a los productos para su elaboración, también se han incrementado. “Nosotros no ganamos mucho, pero los precios varían porque a nosotros nos cuesta más caro el material con el que las hacemos y no nos queda de otra que tener que darlas más caro, y esperamos que se vendan”, Dorina Gómez, vendedora.
Cada comercio exhibe alrededor de 80 piñatas o más, de las cuales diariamente hasta el momento venden un promedio de cinco, y a pesar de que el pasado fin de semana fue ‘fecha fuerte’ para ellos, ahora su esperanza de subir ventas está en la celebración del Día de Reyes.
Hoy en día, en casi cualquier mercado del país se consiguen piñatas de formas, colores y tamaños muy diversos; las hay de cartón, carrizo o vara. En un recorrido por los mercados encontramos que las piñatas en Mérida cuestan entre $90 y $200 pesos, ya con frutas y dulces el desembolso va de $300 hasta los $650 pesos.
“La piñata, la compramos ya al final la rellenamos en ocasiones con lo que nos sobra y sino adquirimos los dulces aparte, porque si se compra todo de “golpe” representa un gasto significativo para el bolsillo”, dijo Judith, quien salía de una tienda de dulces con dos bolsas repletas de bombones, galletas empaquetadas, y chocolates.
“Me tocó cuando los dulces nos los daban de a montón en la playera o la mano, nada más estirábamos la blusa y ahí nos echaban los cacahuates, tejocotes y colaciones, y así nos gustaba” expresó Esteban Salinas Rodríguez, al mismo tiempo que estiraba su playera, simulando como es que recibían su “colación”.