MÉRIDA, Yucatán.- La presencia de la paternidad es importante desde la gestación, durante la niñez y hasta la edad adulta, pues forman a hijos con buenos valores, fomenta la sana convivencia en familia y el crecimiento personal del ser humano; la figura del padre tiene gran valor al igual que la de la madre.

Así lo dijo el director del Instituto de Salud Mental en el Estado , Arsenio Rosado Franco, durante el programa radiofónico “Salvemos una vida”, que se transmite todos los viernes de 11:00 a 12:00 horas por la estación Amor 100.1 Fm, de Grupo SIPSE .

Acompañado de Marilis Escalante, en la conducción del programa dedicado al Día del Padre, el especialista dijo que la presencia de la paternidad, ya sea un padre biológico, adoptivo, un tío o abuelo, es importante incluso antes del nacimiento, pues se sabe que los bebés escuchan voces y pueden escuchar los diálogos de las mamás estado embarazadas.

ejemplificó que ya sea hablándoles cuando están en el útero de la madre, poner música, platicar tranquilamente y llevar un diálogo con la mamá, así como no ejercer violencia ni estrés durante el período perinatal, puede influir positivamente en el crecimiento y la niñez del hijo .

“Es muy importante que el padre procure y atienda a la mamá y al mismo tiempo hará que los hijos se sientan seguros y protegidos, pues si se tiene comunicación desde el útero, cuando nazca podrá integrarse a la voz materna y paterna”, abundó.

El apego

Agregó que el segundo punto vital durante la infancia sería establecer lo que los teóricos llaman el “apego”, que sea seguro, es decir, estar desde los primeros meses con el recién nacido y desde ese momento se desarrolla la presencia de la madre.

Lo anterior, dijo, se puede hacer al expresar palabras de aliento al bebé, acostarlo a dormir, ayudarlo a no tener frío, cambiarle el pañal, para que sienta que puede haber otra persona que lo acompaña en la crianza.

“Es importante que los papás les dediquemos tiempo a los hijos, no sólo a trabajar y estar en la fiesta, sino darle atención de calidad en esos momentos críticos”, destacó el especialista.

Indicó que, al pasar los años, los papás deben identificar momentos en que uno tiene que empezar a estar más con ellos, poner límites y reglas, ya que es importante que los niños los tengan, que mamá y papá empiecen con el ejemplo.

Rosado Franco agregó que el “aprendizaje vicario” es vital, pues es cuando los niños imitan los actos de los papás y luego le dan un significado. “Si somos violentos, el niño lo va a repetir, por ello es importante hablar de valores positivos en la casa y transmitirlos de manera muy clara y dando el ejemplo”.

También indicó que se deben motivar a los hijos con aspectos positivos, como hacer ejercicio o estar en la escuela; si hay una falla, corregir en privado, pero también premiar las conductas que se quieren fomentar, es decir, establecer un marco de valores en la casa y motivarlos a que los realicen.

“Hay que motivarlos a tener amistades positivas y saber quiénes son sus amigos, porque cuando un niño entra a la adolescencia los padres van a influir mucho, hay que ver qué valores tienen y qué cosas hacen las amistades, integrarlos a la casa, no dejarlos que estén en la calle y tener contacto con sus padres”, apuntó.

El médico psiquiatra comentó que en la crianza de los hijos se deben tomar en cuenta tres aspectos muy básicos: que tengan un buen patrón de sueño, lograr que duerman bien; hacer ejercicio y que realicen actividades comunitarias sanas.

Dijo que un gran problema en la salud mental es el mal manejo de los tiempos de ocio, pues en cualquier programa de prevención se debe tomar en cuenta este aspecto. “Como papá debo establecer actividades como deporte, lectura y escritura y ayudarlos a que no caigan en el alcohol, drogas o conductas delictivas”, detalló.

Señales de alarma

También los exhortó a aprender a identificar las señales de alarma de un hijo que está en problemas de salud mental o física; hay que hablar con los hijos, escuchar y observar todo a su alrededor. “Un niño que se aísla, irrita, baja sus calificaciones o es violento necesita ayuda; a menor edad de inicio de atención, es mejor el pronóstico a largo plazo”, apuntó.

Y sobre la ausencia de los papás en la familia, el invitado al programa explicó que se pueden dar por factores como el fallecimiento o el abandono, los cuales generan un duelo. En ese sentido, dijo que se sabe que si hay alguien que pierde a un padre desde antes de los 11 o 12 años, tiende a tener más prevalencia de ansiedad que otro que no haya sufrido ese dolor.

Subrayó que el divorcio o separación de los papás “no es (culpa) de los hijos y por ende no debería influir”, pues deben convivir con ambos padres, a menos que uno de ellos o los dos tengan problemas de conducta o violencia.

“El abandono genera estrés e incertidumbre, por eso es importante la comunicación, pues es un factor de riesgo para los hijos, que los puede llevar al consumo de drogas o a conductas antisociales. Los varones a veces cuando se deprimen no lloran, se aíslan, se ponen irritables y no duermen, si se tiene a un papá presente pero ausente, hay que saber la causa y atenderla, buscar ayuda”, advirtió. 

El director del Instituto de Salud Mental abundó un poco respecto a cuando los papás se vuelven adultos mayores, y enfatizó que uno de los factores de protección, que se ha perdido, han sido las familias extensas, pues jugaban un papel importante de apoyo, tanto de los abuelos hacia los hijos y nietos, como viceversa.

“La familia debe conseguir esa integridad, los adultos mayores tienen mucha experiencia, la experiencia de vida, y la manera en que nos conocen puede ser un factor de mucha protección y ventaja para nosotros. Los hijos deben acercarse, no abandonarlos, hay líneas telefónicas, videoconferencias para fortalecer la comunicación y evitar el aislamiento; la parte empática es importante, la relación debe ser de apoyo, cuidado, cariño y comunicación”, finalizó.

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