MÉRIDA, Yucatán.- Con motivo de la celebración de la Divina Misericordia, este domingo, la coordinadora y la misionera del Grupo Apostólico Betel, Socorro Güémez Sabido y Graciela Silvia Rovelo Nájera, respectivamente, fueron las invitadas especiales del programa radiofónico Salvemos una Vida, que se transmitió este viernes a las 11:00 horas a través de la estación AMOR 100.1 FM de Grupo SIPSE.

Teniendo como anfitrión y conductor a Jorge Barrera, comentaron que el culto a la Divina Misericordia lo transmite el Señor para retomarlo desde el inicio de los tiempos, pues aparece desde el Génesis hasta el Apocalipsis.

Socorro Güémez dijo que hablar de la misericordia insondable de Dios es maravilloso y llena el alma, es un refugio para todas las personas y que de ahí saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten en cualquier dificultad de la vida que enfrenten. Destacó que esto no es nuevo, “se renovó para que sea atrayente a cada alma para que se acerque a esa misericordia, porque acoge a todos”.

Respecto a la misión del apostolado, detalló que es la misma que se le da al mundo entero y a Santa Faustina, acercar a las almas a la fuente de la Misericordia para sacar todas las gracias especiales que Dios quiere dar al mundo a través de la devoción y la imagen y la fiesta de la Misericordia.

“Nosotros, en la Divina Misercordia, propagamos esa devoción todos los días, a las tres de la tarde, los 365 días del año; se ora esa devoción y se lee el diario de Santa Faustina, y hemos experimentado que aquel que lo lee experimenta que Dios le habla a través de ese diario que el Señor le dictó; hemos visto derramar lágrimas y escuchado testimonios muy grandes de que Dios les dio esa caricia para que puedas experimentar su misericordia”, explicó.

Destacó que a quienes lo solicitan, les llevan la imagen de la Divina Misericordia a sus casas, donde se ora y se evangeliza.

Caminar con el Señor

Socorro Güémez compartió que ella conoció a la Divina Misericordia en un momento de su vida en el que estaba “hecha polvo” a causa de su divorcio, pero Dios la acercó a su misericordia a través de una amiga, por lo que hoy afirma que durante toda la vida hay pruebas, pero desde aquel momento experimenta la alegría de vivir para servir a Dios y al prójimo.

Por su parte, al dar su  testimonio, la señora Graciela Silvia Rovelo Nájera comentó que se inició en la renovación católica cristiana en el Espíritu Santo con otro grupo.

Recordó que tuvo una prueba a través de su hijo, quien cuando tenía tres años de edad presentó un problema en su mano y le salió un tumor que no se le curaba; acudió a una iglesia donde encontró el cuadro del Señor de la Divina Misericordia y en ese momento conoció la vocación y al Sagrado Corazón y desde entonces decidió dedicar su vida a Él al pedirle que salve a su hijo.

Después de esa experiencia conoció la devoción de la Divina Misericordia y se quedó a servir en el santuario que está ubicado en la colonia San Ramón Norte.

Dijo que su caminar con el Señor ha sido fantástico, pues antes caía con facilidad en el dolor o la depresión, pero a través del conocimiento, su devoción y la práctica de la espiritualidad, su alma se fortaleció y ahora nada la aparta de la paz ni del Señor. 

“Estoy muy agradecida porque el Señor me ha sostenido en la parroquia, ahí estoy para servirle y les invito a que experimenten esa misericordia del Señor, que es cambiar la vida a mil grados porque ya nada te deprime, a todo le encuentras solución, vives de la voluntad de Dios con paz, entereza y fortaleza porque es Él quien nos da esos dones, esas bendiciones, esas gracias tan especiales”, aseguró.

Invitación

Las invitadas resaltaron que todos los jóvenes y adultos son bienvenidos para integrarse al apostolado, el cual cuenta con un pastor guía que es el padre Domingo Gastineau, quien se encarga de enviarles a retiros para fomentar su crecimiento. También cuentan con el párroco Federico Noh, quien les da bienvenida, a quien consideran muy entusiasta y cuyas prédicas mueven almas.

Finalmente, invitaron a todos los radioescuchas a asistir mañana a la fiesta de la Misericordia, pues habrán muchas gracias y bendiciones, así como promesas a través de la confesión, oración y comunión, con las que se pueden ganar indulgencias plenarias con las cuales se perdonan todas las culpas.

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