MÉRIDA, Yucatán.- En Yucatán, aunque presenta buena demanda, se cuenta con abasto suficiente de oxígeno medicinal para uso domiciliario y para hospitales, revela un sondeo con empresas del ramo que operan en la entidad.

El precio de un tanque de oxígeno medicinal estándar se encuentra entre seis mil y 10 mil pesos dependiendo de la capacidad. Incluye regulador de 12 a 15 litros por minuto, cánula nasal, carrito portacilindro y vaso humificador. La renta mensual de un cilindro se encuentra entre los 2 mil y tres mil 500 pesos, pero sólo el contenedor. La recarga está entre 500 pesos y 2 mil pesos.

Actualmente, pacientes de Covid-19 que no consiguen un sitio en hospitales en lugares como la Ciudad de México, requieren de suministros de oxígeno; pero, ante el incremento de casos en el último mes, conseguirlos se ha convertido en un viacrucis.

Esta situación en Yucatán es diferente por ahora, ya que se cuenta con el abasto suficiente; sin embargo, el Gobierno advierte que el panorama puede cambiar ante el incremento, de hasta 40 por ciento, en las hospitalizaciones, durante las primeras dos semanas del mes de enero, lo cual es reflejo de la alta movilidad por las celebraciones de Navidad y Fin de Año.

La infección por Covid-19 puede causar una gran variedad de problemas respiratorios que van de leves a críticos. Los adultos mayores y las personas que tienen enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer pueden tener síntomas aún más graves que las que no los padecen.

Se sabe también que la mayoría de los enfermos pueden padecer de tos, fiebre, problemas para respirar y, que en algunos casos, pueden sufrir neumonía. Ante ello, los tanques de oxígeno son una opción para ayudar a las personas a respirar.

La forma en que funciona el oxígeno suplementario es simple: le proporciona un flujo constante del vital gas directamente a través de la nariz para ayudarlo a aliviar la respiración y la ingesta del elemento, independientemente de la dificultad respiratoria.

Un millón de contagios de Covid-19 en el planeta por semana

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que con alrededor de un millón de nuevos casos de coronavirus en el planeta por semana, en el mundo se necesitarán 620 mil metros cúbicos de oxígeno diarios, o lo que es lo mismo, 88 mil cilindros grandes.

“Muchos países ahora están experimentando dificultades para obtener concentradores de oxígeno. El 80 por ciento del mercado es propiedad de solo unas pocas empresas y la demanda está superando actualmente el suministro”, mencionó el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Según el “Manual de Buenas Prácticas en instalaciones y en el manejo de gases medicinales”, del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (Iner), un tanque de oxígeno, también conocido como cilindro o bala de oxígeno, -hecho de acerocontiene el gas a una presión superior a la atmosférica y a una temperatura de 21º.

Existen distintos tamaños y generalmente se encuentran acoplados a una estructura metálica con ruedas. El tanque debe montarse de manera segura en un carrito y generalmente cuenta con un regulador integrado del flujo de oxígeno y un indicador del contenido del tanque. Si el tanque no tiene válvulas manuales, se necesita una llave para regular la válvula que se fije con una cadena al carrito.

Además, es necesario comprobar periódicamente que estén llenos y listos para su uso. A diferencia de los tanques, los concentradores de oxígeno constituyen una fuente sostenible y eficaz para aquellos establecimientos médicos dotados de suministro eléctrico fiable.

Un concentrador de oxígeno es un dispositivo médico que extrae aire del medio ambiente y lo hace pasar por tamices moleculares para concentrar el oxígeno hasta alcanzar concentraciones terapéuticas para administrarlo al paciente.

En México, la recomendación de las autoridades ha sido que al tener síntomas de Covid-19 se debe llamar a los números de emergencia y acudir a un hospital, con la finalidad de evitar más contagios y recibir ayuda a tiempo.

Este equipo debe usarse junto con un oxímetro de pulso para detectar a los pacientes hipodérmicos y monitorizar la oxigenoterapia con el fin de fomentar el uso eficaz y seguro del vital elemento.

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