Yucatán: Titulación, a la “congeladora” por pandemia de Covid
Los alumnos han sufrido retrasos de hasta nueve meses para la realización de las prácticas profesionales a causa de la contingencia sanitaria, lo que les impide graduarse
MÉRIDA, Yucatán.- Retrasos de entre los siete y nueve meses para la realización de las prácticas profesionales y el servicio social en Yucatán que provocó la pandemia de coronavirus Covid-19 en 2020, cuando las instituciones educativas, empresas e instituciones gubernamentales tuvieron que tomar medidas extremas para salvaguardar la salud de las personas y evitar contagios.
Si bien es cierto que el confinamiento se realizó para privilegiar la integridad y la salud de las familias, los efectos colaterales dejaron atrasos en los procesos de formación universitaria, entrega de certificados y titulación.
Cuando inició la pandemia, en marzo de 2020, las instituciones educativas se vieron obligadas a cerrar sus instalaciones y migrar a las clases en línea, al tiempo que “temporalmente” fueron suspendidas ciertos trámites y procesos para los jóvenes a punto de titularse, como fue la realización del servicio social o prácticas.
Fue una experiencia “frustrante” para los estudiantes del nivel superior, algunos de los cuales ya habían iniciado con el cumplimento de horas en una empresa o institución pública, pero el proceso se vio interrumpido durante el confinamiento y apenas han comenzado a restablecerse en la reactivación económica.
De acuerdo con los lineamientos establecidos para la titulación, que rige la Secretaría de Educación Pública (SEP), un estudiante de nivel superior, independientemente si pertenece a una escuela pública o privada, debe cumplir con el servicio social que equivalen a 480 horas para realizarse en un período mínimo de seis meses y un máximo de dos años, por lo que podrá realizarlo hasta con cuatro horas diarias.
Mientras que para las prácticas profesionales, también se establecen 480 horas en períodos similares, pero el tiempo para realizarlos varía de acuerdo con la institución educativa a la que pertenezcan, así como el acuerdo que se tomen con la empresa u organismo en la que se realizan. En Yucatán, los datos más recientes de la Secretaría de Investigación, Innovación y Educación Superior (Siies) revelan que en el ciclo escolar 2019-2020, un total de 86 mil 856 estudiantes cursaban algún programa de licenciatura o ingeniería.
Las áreas que más demanda tenían en ese período eran administración y negocios, con 19 mil 935 alumnos; ciencias sociales, administración y derecho, con 15 mil 227; ingeniería, manufactura y construcción, con 14 mil 125, y ciencias de la salud, con 12 mil 58.
También, las áreas de educación, con ocho mil 886; servicios, con cuatro mil 271; tecnologías de la información y comunicación (Tics), con cuatro mil 15; artes y humanidades, con tres mil 888; ciencias naturales, matemáticas y estadística, con dos mil 557, y agronomía y veterinaria, con mil 874.
Actividades en línea o “home office”
Muchos de los universitarios, sobre todo los que cursaban los últimos grados, tuvieron que ingeniárselas para cumplir con las horas de prácticas profesionales y de servicio social, a través de algunas actividades en línea o el trabajo de “home office”, previo acuerdo entre las empresas y las instituciones.
Las universidades públicas y privadas, por su parte, fueron compresivas en cuanto a la suspensión de estos requerimientos, pues sucedió en un tiempo en el que las empresas, instituciones y muchos de los organismos descentralizados también suspendieron actividades administrativas y priorizaron las más fundamentales.
Por ejemplo, la Universidad Anáhuac Mayab informó a la comunidad estudiantil, al inicio de la pandemia, que se comunicarían con las empresas en convenio para la cancelación de las prácticas profesionales, mientras que los trámites para los nuevos períodos se iniciarán a partir de octubre de 2020.
“Con estas acciones garantizaríamos que los alumnos que vayan según su plan ideal académico y concluyan sin inconvenientes su licenciatura en ocho semestres”, informó en su momento Marco Rivera Bustamante, director de Gastronomía y Turismo de esa casa de estudios.
Por su parte, la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) asesoró a los estudiantes que cursaban los últimos meses para que no se desesperaran ante estos meses de suspensión y pudieran reiniciarlos, una vez que las autoridades sanitarias autorizaran el retorno.
Pese a ello, los alumnos que estaban por titularse y que vieron interrumpidos la realización de sus prácticas y servicios atravesaron por algunos atrasos, pero de forma paulatina han ido restableciéndolos para lograr concluir con el proceso de titulación.
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